Vuelve la Champions al Metropolitano, y lo hace con un panorama radicalmente distinta a la última vez que el Atlético jugó como local en Europa. En el mes y medio que va desde la derrota de octubre ante el Lille al partido de este miércoles ante el Slovan de Bratislava (18.45; Movistar Liga de Campeones) los de Diego Pablo Simeone han pasado de asomarse a una crisis existencial a ser el equipo de moda en España, y quizás también fuera ella. Las victorias como visitante en París y en Praga han dejado practicamente encarrilado el pase de un equipo que ahora vislumbra con optimismo la idea de asaltar el top-8 que le ahorraría jugar la ronda de dieciseisavos, y le reportaría además un jugoso botín de 11 millones.
«Los equipos crecen con el correr de los partidos. Es normal que se puedan tener momentos no buenos con el andar de LaLiga, que es muy larga. Los partidos te generan situaciones de sociedades, y en este último periodo hemos encontrado soluciones, ya sean con los chicos que empiezan, sino también con los que entran. No es casualidad lo que pasa en los últimos 15 minutos en los partidos», recalcó el técnico argentino, que apunta a hacer cambios para mantener el nivel competitivo en otra semana de tres partidos, sobre la capacidad de su equipo para generar en los tramos finales de los partidos.
El ejemplo de «Giuliano y Galán»
«Si vamos a la cantidad de minutos que han tenido la mayoría, salvo Lemar, todos han tenido una buena cantidad de minutos para competir. Los invito a seguir trabajando los que tienen menos minutos y no tengo dudas de que el trabajo se refleja en los Giuliano, en los Galán, Lenglet… No habían empezado jugando y ahora lo hacen. No tengo compromiso con nadie, para eso estamos los entrenadores y por eso tenemos una plantilla más amplía», recalcó Simeone, que puso el foco en la distribución del calendario.
«Nosotros nos centramos en el partido a partido, no hay otra manera de prepararse. Vamos a ser mirados por el partido de mañana. A nadie le importa que el rival llega con cinco días de descanso y nosotros no llegamos ni a las 68 horas, si no jugamos bien nos van a criticar», se quejó el técnico argentino sobre el hecho de que su equipo fuera el único de los cuatro representantes de LaLiga que jugó el domingo (a las 21.00) en lugar del sábado. Algo que ha ocurrido en dos ocasiones en lo que va de Champions.
Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético de Madrid. / / EFE/Sergio Pérez
Además, recalcó el peligro de un Slovan de Bratislava que llega a Madrid sin saber lo que es puntuar en la Champions, siendo junto al Young Boys el peor equipo de lo que va de liguilla (4 goles a favor y 18 en contra) y a priori como víctima propiciatoria. «No miramos los rivales por la tabla, sino por sus características. Defienden bastante bajo, con un trabajo importante colectivo, e intenta aprovechar los contragolpes. Tienen velocidad ahí. Veo un equipo trabajando, que en su Liga compite muy bien, el otro día perdió con su perseguidor. Tendrá ilusión de su entrenador, de sus jugadores y esperemos poder hacer un buen partido y seguir en la línea en la que estamos”, concluyó.
De Paul: «Está bien que nos exijan»
«Está bien que nos exijan, nos pidan, es parte del jugador y ahora estoy contento, por el momento, pero el fútbol es eso, momentos, y esto sigue», aseguró por su parte, Rodrigo De Paul, que atraviesa el que quizás es su mejor momento desde que llegó al Atlético. «El jugador evoluciona diariamente, con el míster hablamos un montón y es consecuencia de un montón de cosas. Ojalá poder sostenerlo en el tiempo e ir a por más», dijo el argentino,
«Convivimos con las críticas. Ni antes uno era el peor, ni ahora el mejor. Lo mejor es abstraerse de los bueno y lo malo, de las opiniones, porque en el fútbol se opina un montón», continuó De Paul, que valoró el siguiente partido «como una final, como cada partido que jugamos». «Así construímos todo, pensando en el siguiente partido», valoró el cinco, que recalcó el «partido a partido» en varias ocasiones. «Creemos en nuestro trabajo de esta manera. Para nosotros el partido de mañana es el más importante y no existe otra cosa».
