La Copa del Rey, en su máxima expresión. Cuando parece que ya no puede dar más de sí, que ya está todo inventado, que no hay lugar a más giros de guion sorprendentes, se saca de la chistera su último truco y te lleva, a través de las pantallas, hasta Logroño un miércoles de diciembre a la medianoche. Y más en concreto, hasta Las Gaunas, donde empieza a barruntarse la posibilidad de que un equipo de Champions como el Girona tenga que recurrir a la tanda de penaltis para tratar de eliminar a otro de 2ª RFEF como la UD Logroñés, uno de los dos equipo que conviven en la capital riojana tras la desaparición del mítico Club Deportivo.

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