Había un concierto apuntado en el calendario con la marca de «cita obligatoria». La expectación que causaban en el segundo día de Rocanrola era digna de un estudio sociológico. Natos y Waor no se pierden una edición del festival al que da nombre una de sus canciones porque el recibimiento que encuentran en él es siempre apoteósico. Son los líderes de la cultura urbana actual. Siendo republicanos declarados en sus políticas canciones, mantienen la corona de un rap hecho con descaro y pasotismo, donde lo que brilla no son las voces, sino lo que se dice. Y más importante aún, cómo se dice. Ayer demostraron qué significa ser un hijo de la ruina en una velada en la que también estuvo presente el aclamado Recycled J.

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