Luis Planas Puchades (Valencia, 1952), ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, aborda con Faro de Vigo los principales retos de la pesca.

Imagine que está con el nuevo comisario, el señor Costas Kadis, y tiene que explicarle cómo está el sector pesquero español. ¿Qué le diría?

Que es un sector que tiene presente y que quiere tener futuro. Y que quiere que las políticas de la Unión Europea en esta legislatura sean positivas para la sostenibilidad en su triple acepción: la sostenibilidad en los stocks, por supuesto, pero también la sostenibilidad económica y la social. Y este es uno de los puntos donde particularmente yo mismo como ministro voy a insistir mucho en este nuevo ciclo político institucional: que en cualquier propuesta legislativa de la Comisión Europea, en cualquier ámbito, uno de los informes necesarios es el informe de impacto socioeconómico.

Sí, pero es algo que no se hizo con los ecosistemas marinos vulnerables. Se cerraron 87 áreas a la pesca de fondo sin ese informe de impacto. Es más, el comisario Sinkevicius aseguró varias veces que no era obligatorio.

No me gusta plantear objetivos que no pueda cumplir, pero sí que voy a intentar. Y si la Comisión no lo hace pues tendremos que tomar las medidas oportunas. Es verdad que la diversidad de intereses por parte de los diferentes países de la Unión Europea complica mucho el que se pueda hacer un frente común, pero sí es interés común que las propuestas de la Comisión estén bien fundamentadas. Lo de las 87 zonas lo llevamos al Tribunal de Justicia y está pendiente de sentencia, y efectivamente esa parte socioeconómica estaba muy floja, por no decir ausente.

Y ahora el ICES plantea elevar esas zonas vetadas hasta las 125. ¿No se puede instar una moratoria al menos hasta que no se pronuncie la Justicia?

Lo he planteado abiertamente a la Comisión, si no estamos funcionando con una especie de piloto automático que no tiene en cuenta las circunstancias y el contexto. Yo creo, y me gustaría no equivocarme, que esta Comisión va a ser mucho más cautelosa a la hora de atender ese binomio sostenibilidad-rentabilidad. Es decir, no hay evidentemente rentabilidad si no hay sostenibilidad del stock. Pero si no hay rentabilidad, tampoco hay futuro para el stock biológico.

¿Y qué hacer?

Hay un aspecto que es el diálogo. Del mismo modo que ha habido un gran diálogo con el sector primario, con los agricultores y ganaderos, sobre todo a raíz de las movilizaciones de este invierno y esta primavera, el nuevo comisario y la próxima Comisión deberían también comprometerse a un diálogo más profundo con el sector de la pesca.

En la Cumbre de Vigo una de las cuestiones que se abordó, y que el comisario Sinkevicius se comprometió a estudiar, es el concepto capacidad pesquera. Que el concepto de arqueo bruto no contabilice lo que no es capacidad. ¿Ha habido algún avance?

Esto debemos plantearlo en un doble ámbito: el de la reforma de la Política Pesquera Común y en el de la financiación, del futuro Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (Fempa). Hay que ser un poquito más ambiciosos, no mantengamos lo que hay. Entre todos tenemos que darle una pensada, estamos en un momento de cambio. Necesitamos una nueva flota, si queremos hacer una renovación, que probablemente pase por reducir el número de unidades pero al mismo tiempo mantener la capacidad de capturas, pues necesitaremos una financiación con apoyo público, en este caso comunitario, de la Unión Europea. A mí no me parece un tema de política ficción, yo creo que es posible. Me gustaría que pudiéramos hacer un frente común que nos permitiera la posibilidad de financiar la construcción de nuevos buques. El propio Informe Draghi habla de la necesidad de una mayor inversión para elevar la competitividad en todos los sectores industriales: la pesca también lo es, no hay que dejarlo fuera.

Sería un cambio abismal.

No podemos ser defensivos, tenemos que ser audaces en las propuestas.

La última vez que conversé con usted le consulté por un plan de desguaces, que nunca le han gustado. Sabe que la flota demanda un plan ordenado y que más del 30% de la flota gallega de palangre lo ha solicitado.

En el primer semestre del año 2025 vamos a hacer una nueva evaluación general del Estado de nuestra flota, ahí podremos ver por segmentos de flota y por pesquerías si existe o no una sobrecapacidad. Soy una persona que evoluciona en mi forma de pensar. Es verdad que he mantenido durante todo este tiempo, estos seis años en el ministerio, una visión muy cerrada en torno a ese tema, simplemente por una razón, digamos, de apoyo al sector, porque siempre he pensado que un barco que se desguaza es automáticamente un barco que no es reemplazado por otro. Pero hay que ser realistas también. Cuando tengamos las conclusiones lo hablaremos con el sector, no estoy cerrado a que podamos llevar a cabo alguna reducción de flota ordenada.

La flota del cerco está teniendo muchos problemas para llegar a final de año y dicen que el mar está lleno de sardina. ¿Se abrirá la pesca de nuevo antes de finalizar el curso?

Estamos trabajando desde el Ministerio para intentar maximizar las disponibilidades que tenemos. Pero, evidentemente, no podemos crear posibilidades de pesca que no existen.

Hablaba de la seguridad alimentaria en la clausura del Congreso de la FAO, y a raíz de esto quería referirme al level playing field. En la lonja de Vigo sabe quién pescó cada caja, dónde, a qué hora… Y de otro lado continúa subiendo la entrada de productos que, como mínimo, no tienen trazabilidad, de países con tarjeta amarilla…

Deberemos ser más exigentes con las importaciones. A mí me parece que es lógico que, de igual modo que hablamos de cláusulas espejo en el caso de la agricultura por la utilización de determinados productos prohibidos en la Unión Europea, en la pesca tenemos que ser también muy estrictos al respecto. Siempre habrá tensiones con la industria, que necesita volúmenes. Con todos mis respetos, pero en materia de pesca ilegal no declarada y no reglamentada, debemos ser un país de tolerancia cero. Y eso en ocasiones es difícil de cumplir, hay muchas presiones de todo tipo.

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