No mencionó la expresión concierto económico. Ni siquiera la financiación singular. Pero Pedro Sánchez es consciente de que el debate sobre la financiación autonómica coloniza la conversación pública desde que PSC y ERC, con el aval del Gobierno, pactaron un sistema análogo al cupo vasco para procurar la investidura de Salvador Illa. El malestar es ostensible en las filas socialistas, y el PP lo ha convertido en el eje de su oposición. Por eso este miércoles el presidente quiso lanzar un mensaje para sus barones, para los presidentes autonómicos. Prometió a todas las comunidades «más recursos» de los que recibieron cuando el PP gobernaba España y también que duplicará la principal herramienta de solidaridad que recoge la Constitución, el fondo de compensación interterritorial.
Lo adelantó el presidente en el acto de arranque del nuevo curso político en Madrid, en la sede del Instituto Cervantes, en el que estrenó nuevo claim, Acción de Gobierno. Una conferencia de algo más de media hora en la que marcó las seis prioridades que su Ejecutivo se marca para los próximos meses. Entre ellas, esta, el fortalecimiento del Estado del bienestar y el alumbramiento de un nuevo sistema de financiación autonómica.
Un modelo financiero, aseguró, «más justo», que «reduzca las diferencias territoriales, garantice la suficiencia del gasto público y exija corresponsabilidad a los Gobiernos autonómicos». La descentralización, señaló, es «compatible» con la garantía de la «solidaridad» y «equidad» entre territorios. En ese punto, Sánchez se comprometió a que con la reforma del modelo de financiación que propondrá el Gobierno, «todas las comunidades autónomas recibirán más recursos de los que recibieron mientras gobernaba el PP». Fue en ese punto en el que también prometió «duplicar» los recursos del Fondo de Compensación Interterritorial.
No dio más detalles de cómo sería ese nuevo modelo financiero. Ni siquiera habló de la construcción de un Estado federal, cuando a finales de julio, sellado el pacto de PSC y ERC, lo celebró como un paso más hacia la «federalización» de España.
Sánchez sí apuntó que su Ejecutivo trabajará por la aprobación de unos Presupuestos Generales del Estado «sociales, ambiciosos», que «consoliden y expandan» la inversión pública de los últimos años. Unas cuentas públicas que no tienen ni mucho menos garantizada su aprobación, porque ERC y Junts, socios imprescindibles del Gobierno, tienen programados sus congresos para este otoño, y en ellos se redefinirá su relación con los socialistas. No obstante, el Consejo de Ministros dará un primer paso hacia esos PGE: aprobará el próximo martes de nuevo la senda de estabilidad, la que tumbó la Cámara baja en julio con los votos de PP y Junts.
(Habrá ampliación)