El pleno de la Diputación de Alicante vivió este miércoles una de las sesiones más broncas en lo que va de mandato, demostrando que ninguna administración es ajena al clima de polarización que se respira en la política española. Tres mociones se presentaron por parte del PSPV-PSOE y Compromís y las tres fueron tumbadas por el Partido Popular, que hizo valer su mayoría absoluta en la institución provincial.
Especialmente bronco fue el debate que generó la moción presentada por el PSPV en apoyo al mantenimiento y la defensa de la cultura valenciana, en el que se reivindicó que en las Cortes Valencianas se siga otorgando el premio en memoria de Guillem Agulló y se cuestionó que el Ayuntamiento de Orihuela valorara retirar la subvención a la Fundación Miguel Hernández. También fue tensa la discusión en torno a la moción presentada por Compromís en la que se criticó que el PP hiciera valer su mayoría absoluta en el Senado para tumbar los Objetivos de Estabilidad Presupuestaria. Los valencianistas presentaron una segunda moción, en este caso vinculada a la reversión del Hospital del Vinalopó. Este último debate no mantuvo el tono tan áspero de los dos anteriores, pero tampoco se libró de los encontronazos ideológicos entre los partidos de derecha e izquierda.
La diputada de Santa Pola Yolanda Seva fue la encargada de defender la moción del PSPV. Lo hizo a través de un discurso en el que expresó la «repulsa a los actos de censura» en la Comunidad Valenciana, entre los que incluyó la retirada del Premio Guillén Agulló y la subvención a la Fundación Miguel Hernández. En su intervención en este punto, el portavoz de Compromís, Ximo Perles, dejó de lado el tono moderado que había venido exhibiendo en los plenos anteriores y calificó como «bombero torero» al vicepresidente primero de la Generalitat, Vicente Barrera, lo que llevó al presidente de la Diputación, Toni Pérez, a interrumpir el pleno y llamar la atención al valencianista.
El PP, por su parte, intentó mostrar un perfil de consenso en el debate. Lo hizo a través del diputado ilicitano Juan de Dios Navarro, que exhibió un talante conciliador similar al que muestra el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. También acusó a los socialistas de decir una «verdad a medias» con la subvención a la Fundación Miguel Hernández en Orihuela, ya que se produjo una rectificación por parte del Ayuntamiento, y reivindicó que en la etapa de Mazón la Diputación acogió la exposición «Miguel Hernández, a plena luz». Por su parte, la portavoz de Vox, Gema Alemán, exigió respeto para el vicepresidente Barrera y atacó al PSPV con la amnistía. Por último, los socialistas ofrecieron su rechazo a las pintadas y las concentraciones que sufren en sus sedes.
La moción de Compromís sobre la defensa de la capacidad inversora de los ayuntamientos también dio paso a un enconado intercambio de pareceres. Perles calificó como un «error» la postura del PP en el Senado e hizo alusión a los tiempos de «Fabra y Camps». Los socialistas señalaron que el hecho de que los ayuntamientos dispongan de menos dinero se traduce en menos gasto para los servicios públicos. La vicepresidenta segunda, Marina Sáez, defendió que los populares han optado por la prudencia en el senado y acusó a la izquierda de «tergiversar la información», mientras que Vox aprovechó el debate para denunciar la gestión de la pandemia llevada a cabo por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Por último, la otra propuesta de Compromís, sobre la reversión de la gestión pública del Hospital del Vinalopó, solo contó con el apoyo del grupo socialista, ya que el PP votó en contra y Vox se abstuvo.
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