Un equipo de arqueología descubrió en 2022, en un poblado de la Edad Del Hierro, ubicado en el valle de Aranguren (Navarra), una mano de bronce, creada hace más de 2.000 años, que contiene la inscripción más antigua escrita en la lengua de los antepasados de los vascos modernos, deseando la buena suerte. Esta investigación se publica ahora en la prestigiosa revista Antiquity y aporta algunas novedades.
Los arqueólogos han descubierto en la provincia de Navarra un artefacto de bronce con forma de mano humana, en la que se encuentra la inscripción más antigua que se conoce en la lengua de los antepasados de los vascos modernos.
El objeto, del primer tercio del siglo I a.C., demostró que los vascones utilizaban una lengua escrita incluso antes de la difusión del alfabeto latino, según un comunicado de la Sociedad Científica Aranzadi.
Antes de la expansión de la lengua latina en el territorio de la Península Ibérica, allí vivían representantes de varios grupos etnolingüísticos. Además de los griegos y fenicios, que fundaron allí sus colonias, en Iberia vivían los descendientes de la población preindoeuropea, la población precelta indoeuropea (lusitanos), así como los celtas.
Pueblo prerromano
El primero de estos grupos incluye, en particular, el pueblo prerromano vascón, que se consideran los antepasados de los vascos modernos y son repetidamente mencionados por los autores antiguos en sus obras.
Los vascones habitaron las tierras situadas al sur de los Pirineos hasta el valle del río Ebro. En esta zona, los arqueólogos han descubierto una gran cantidad de asentamientos antiguos, incluidos asentamientos fortificados.
Su economía se basaba en el cultivo de cereales y la ganadería, formada principalmente por ovejas, cabras, vacas, cerdos y caballos. Además, los vascones estaban familiarizados con la metalurgia del bronce y el hierro, y también estaban involucrados en el comercio.
Desde 2017, un grupo de arqueólogos está excavando un antiguo asentamiento, descubierto a unos ocho kilómetros de la ciudad de Pamplona. El yacimiento arqueológico del poblado vascón está situado en la cima del monte Irulegi, en la base del castillo del mismo nombre. Según los investigadores, la gente comenzó a vivir allí ya en la Edad del Bronce (alrededor de los siglos XV-XI aC) y continuó haciéndolo hasta el siglo I a C.
Mano de tamaño natural
En el verano de 2022, en la entrada de una de las viviendas destruidas durante la Guerra Sertoriana, los arqueólogos descubrieron un insólito artefacto con forma de mano humana de tamaño natural, elaborado a partir de una lámina de bronce de poco más de un milímetro de espesor.
Su tamaño es de 143,1 x 127,9 mm y pesa 35,9 gramos. Según los investigadores, en la antigüedad este artículo colgaba de la puerta de entrada.
Sin embargo, el valor principal de este hallazgo se realizó cuando los restauradores descubrieron que en la mano de bronce había una inscripción que consta de cinco palabras (40 caracteres), creada hace más de dos mil años.
Según los investigadores, el artefacto data del primer tercio del siglo I a. C. y es el texto más antiguo escrito en vascón. Este descubrimiento confirma que los antepasados de los vascos tenían su propia escritura.
¡Buena suerte!
En un principio, los investigadores solo pudieron entender una palabra de todo el texto: sorioneku, que en euskera moderno corresponde a la palabra zorioneko, que denota buena suerte o un buen augurio, aunque ahora avanzan algunas novedades al respecto.
Según los investigadores, su excavación es de singular importancia, dado que ofrece una imagen “congelada” de la época. Esto es así, porque el poblado fue incendiado y los muros cayeron sobre las viviendas, sepultando, pero también protegiendo, lo que se encontraba en su interior. Ello ha permitido encontrar cerámica y objetos cotidianos en buen estado de conservación.
La mano de bronce hallada en esas ruinas, junto con los testimonios de las monedas acuñadas en esta zona y otros epígrafes, cuya atribución es debatida -el mosaico de Andelo, el bronce de Aranguren y una inscripción sobre piedra de Olite-, viene a mostrar también una singularidad por lo que respecta a la tipología y morfología del soporte (una mano clavada con los dedos hacia abajo) y a la técnica inscriptórica empleada (punteado después de un esgrafíado).
Actualizaciones
En cuanto al análisis lingüístico, los autores de esta investigación desgranan en el artículo publicado ahora los avances en la transcripción e interpretación del texto tras la segunda restauración de la pieza. Así, incorporan dos novedades: la lectura diferenciada de la primera palabra en su versión esgrafiada (sorioneke) y su versión punteada (sorioneku); y el cambio del primer signo de la segunda línea, que se transcribe ahora como “ku” en vez de “te”, según un nuevo comunicado de la Sociedad Científica Aranzadi.
El artículo además incorpora los matices aportados por diversos lingüistas en el dosier publicado en Fontes Linguae Vasconum y Palaeohispanica el pasado diciembre del 2023. Por último, apunta a que la relación del texto vascónico de Irulegi y las restantes escrituras paleohispánicas requiere un estudio más profundo.
Referencia
A Vasconic inscription on a bronze hand: writing and rituality in the Iron Age Irulegi settlement in the Ebro Valley. Mattin Aiestaran et al. Antiquity, Volume 98 , Issue 397 , February 2024 , pp. 66 – 84. DOI:https://doi.org/10.15184/aqy.2023.199
(Este artículo se publicó originalmente el 22 de noviembre de 2022 y se actualiza ahora con nueva información).