Tras la reapertura del Gobierno de EEUU, el empleo está de vuelta. Y con él, el informe oficial de septiembre que ha dejado luces y sombras en el mercado. Por un lado, y para sorpresa del consenso, ha mostrado la creación de 119.000 nuevos puestos de trabajo, muy por encima de los 50.000 esperados. Pero, por otro, la tasa de desempleo se ha incrementado una décima, hasta el 4,4%. Ahora, la pelota está en el tejado de la Reserva Federal (Fed). ¿Cómo lo va a digerir?
Es la pregunta del millón, sobre todo, tras las diferencias mostradas en los últimos días en el seno del banco central estadounidense y que han quedado patentes en las actas de la última reunión del organismo.
En el documento se pone de manifiesto que hay «opiniones muy divergentes» de cara al cónclave monetario del próximo mes de diciembre, aunque una mayoría de los integrantes apuesta por un recorte de 25 puntos básicos.
Sin embargo, la decisión no está clara ya que algunos miembros como Susan Collins (Fed de Boston) o Neel Kashkari (Fed de Minneapolis) creen que las tasas deberían mantenerse en su nivel actual durante «algún tiempo».
«La creación de 119.000 empleos, muy por encima de lo previsto, demuestra que el mercado laboral se enfría, sí, pero desde una posición de fuerza. El tirón viene de sanidad, restauración y servicios sociales, mientras manufactura, transporte y empleo federal recortan. Es el clásico cuadro de ‘rotación’, no de colapso. (…) La contrapartida es que la Fed tendrá menos prisa por bajar tipos de forma agresiva«, valora Sergio Ávila, analista sénior de IG.
La otra cara de la moneda la ofrece el paro estadounidense, que ha subido a máximos desde 2021, y que para este estratega manda un mensaje claro. «El mercado laboral ya no es intocable, aunque sigue lejos de un colapso. Aumenta el número de desempleados, pero también la participación, así que no es solo destrucción de empleo, es más gente buscando trabajo».
«Esto mete más presión a la Fed para acercarse al recorte de tipos, pero con matices: si el paro sigue escalando, el relato pasará de ‘aterrizaje suave’ a ‘riesgo de frenazo'», añade Ávila.
En este sentido, y dado el reciente giro hacia una postura más restrictiva por parte del banco central estadounidense y la falta de datos oficiales previstos antes de la reunión de diciembre, en ING ven «comprensible» que el mercado piense que la próxima medida no llegará hasta principios de 2026.
De hecho, los inversores otorgan una probabilidad del 43,8%, según la herramienta FedWatch de CME, a que la Fed vuelva a bajar los tipos en 25 puntos básicos en su último encuentro del año frente al 98,8% que así lo creía hace tan solo un mes.
«Es improbable que este informe tenga un impacto significativo en la reunión de la Fed de diciembre, que parece hará una pausa según las últimas actas y la falta de datos de octubre», subraya Joshua Mahony, analista jefe de Scope Markets.
LA FED, SIN MÁS DATOS DE EMPLEO
Y es que la Fed llegará a su reunión de diciembre sin conocer más datos de empleo. La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS, por sus siglas en inglés) ya ha anunciado que no publicará el informe de octubre ante la imposibilidad de recopilar todos los datos necesarios por el cierre del Gobierno más largo de la historia. Por ello, las cifras disponibles se darán a conocer junto con las de noviembre, que se anunciarán el próximo 16 de diciembre.
«La noticia de que la Fed no verá datos laborales adicionales antes de su reunión de diciembre hizo que las probabilidades de una rebaja de tipos se desplomaran. Y aunque este informe es indudablemente sólido, los operadores pueden descartarlo rápidamente como obsoleto, argumentando que no refleja la temperatura actual del mundo», comenta Karen Manna, directora de inversiones y gestora de carteras de renta fija en Federated Hermes.
Así, «y ante la incertidumbre sobre el calendario de publicación de la inflación, es comprensible que el mercado descarte la probabilidad de un recorte de 25 puntos básicos«, dicen en ING.
«Parece que el mercado se centra un poco más en el ligero aumento de la tasa de desempleo. Si bien es cierto que las encuestas empresariales, como el informe de ADP y los indicadores del ISM, pintan un panorama más sombrío del mercado laboral, necesitaremos observar una mayor debilidad para que la Fed actúe dentro de tres semanas«, agregan estos analistas.
Con todo, Kathleen Brooks, directora de investigación de XTB, prefiere no darlo todo por pedido y señala que «un análisis más profundo revela que empiezan a aparecer fisuras en el mercado laboral, y este informe no descarta una bajada de tipos por parte de la Fed, incluso si las actas de la reunión del FOMC de octubre fueron ligeramente más restrictivas de lo esperado».
Además, remarca la importancia de este informe debido a la ausencia de datos de empleo de octubre y a que el informe de noviembre no se publicará hasta después de la reunión de la Fed de diciembre. «Por lo tanto, este es el último informe del mercado laboral antes de la próxima reunión del banco central. Un aumento en la tasa de desempleo podría desencadenar un recorte de tipos, dado que la Fed tiene el doble mandato de mantener la estabilidad de precios y el pleno empleo», remarca Brooks.
«La falta de datos clave del mercado laboral antes de la reunión del FOMC de diciembre hace que la decisión sea muy difícil. Seguimos opinando que la Fed flexibilizará su política monetaria en diciembre, pero la convicción es baja dada la clara división en el Comité. Los datos de menor importancia que se publiquen de aquí a la reunión de diciembre podrían influir en algunos funcionarios, pero cambiar de opinión en este momento parece difícil», concluyen en TD Securities.















