DIMISIÓN MAZÓN | Feijóo en el espejo de Mazón

Un año después, la dimisión forzada de Mazón es el síntoma más letal de la carencia de liderazgo de Feijóo. Es indiscutible que la marcha del presidente valenciano no es consecuencia del golpe de autoridad del líder de su partido, sino de la lucha y la perseverancia de las decenas de miles de valencianos que durante un año han llenado las calles con su dolor y su indignación. Una marea humana que se sintió abandonada en su momento más crítico y que, doce meses después, ha sufrido la vergüenza de un presidente que se ha mantenido en el poder a pesar de las mentiras, las contradicciones, la ineficacia y la indolencia con las que actuó. Mazón no estuvo a la altura en el momento de la tragedia, no lo ha estado durante este año de prórroga -ni siquiera ha sido capaz de recibir a los familiares de las víctimas- y tampoco ha sido capaz de estar a la altura en el momento de la despedida: ha dedicado más minutos a hablar de sí mismo como víctima y a culpar al Gobierno español que a asumir su responsabilidad. Encima, no convoca elecciones y se queda como presidente en funciones para controlar la transición pactada con Vox, de forma que alarga la ignominia de su presidencia.

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