La Ciudad de la Justicia de Castellón ha acogido este lunes la primera sesión del juicio contra seis personas acusadas de formar parte de una presunta secta sexual en Vistabella del Maestrat. La Fiscalía solicita penas que suman 326 años de prisión por delitos como abusos sexuales a menores. El líder del grupo, Antonio G.L., conocido como ‘Tío Toni’, falleció en prisión en 2022, dos meses después de su detención.
Los testimonios centrales de la jornada han sido los de dos víctimas: una joven de 27 años y una menor de edad que actualmente tiene 17. La primera ha relatado que fue agredida sexualmente por Tío Toni desde los 12 hasta los 17 años. Según su declaración, Toni utilizaba un vibrador al que llamaba “la maquinita”, y justificaba los abusos con argumentos esotéricos: “Decía que si teníamos hijos con él íbamos a traer seres de luz al mundo”.
Primera sesión del juicio de la secta de Vistabella: abusos sexuales y niños que son «dos gotas de agua» del tío Toni.
La joven también ha señalado que parte de las agresiones se producían en presencia de la nuera de Toni, una de las acusadas, quien le cogía la mano y le decía que “estuviera tranquila”. Además, ha afirmado que Toni les chupaba los pechos a las mujeres del chalet para “ayudarlas” a no contraer enfermedades como el cáncer de mama.
La segunda víctima, que aún es menor de edad, ratificó su declaración previa en cámara Gesell para evitar el trauma de testificar en sala. En ella, relató que Toni le palpó los pechos a los 12 años para “evitar bultos” y que en una ocasión le obligó a mostrar los pechos delante del grupo, lo que le causó una profunda vergüenza.
Ambas víctimas han coincidido en describir un entorno de humillación y aislamiento si no obedecían las órdenes del líder. “Visto desde fuera, la vida allí arriba [en Vistabella] era dura”, expresó la menor en su testimonio.
Contexto del proceso
Los seis acusados —cinco mujeres y un hombre— están siendo juzgados por su presunta participación o conocimiento de las agresiones sexuales cometidas en el chalet donde residía la comunidad. La Fiscalía sostiene que los padres de las víctimas también vivían allí y que los acusados conocían o colaboraban en los abusos.
El juicio comenzó con una solicitud de las defensas para suspender la vista por la aportación de nuevas pruebas, pero el juez la denegó de inmediato. La expectación en el tribunal ha sido máxima, en un caso que ha conmocionado a la sociedad castellonense.
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