Las Fuerzas Conjuntas de Sudán, una alianza del Ejército y grupos armados, acusaron este martes al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de matar a «más de 2.000 civiles desarmados», la mayoría mujeres y niños, entre este domingo y el lunes durante la captura de la ciudad de Al Fasher.
«Más de 2.000 civiles desarmados, en su mayoría mujeres, niños y ancianos, fueron asesinados los días 26 y 27 de octubre, a la vista de todo el mundo. Es una escena impactante para toda la humanidad», afirmó la alianza en un comunicado publicado en su cuenta oficial de Facebook.
Las FAR no se han pronunciado ante esta información y la cifra de fallecidos no ha podido ser verificada por otra fuente independiente.
Este lunes, la organización Red de Médicos de Sudán afirmó que las FAR mataron por «motivos étnicos» a «decenas de civiles desarmados» durante la captura de Al Fasher, el que era el último baluarte del Ejército sudanés en la vasta región de Darfur, en el oeste de Sudán, que se produjo el pasado domingo.
La fuerza conjunta condenó con «la mayor firmeza los crímenes cometidos» por las FAR y exigió que rindan cuentas todos los que tengan «responsabilidad penal, moral y legal por las violaciones ocurridas en Al Fasher», entre ellos Emiratos Árabes Unidos, al que se le acusa de patrocinar a las FAR, un extremo que el país del golfo Pérsico niega.
«Crímenes de guerra y genocidio»
La alianza consideró que estas violaciones «constituyen crímenes de guerra, de lesa humanidad y genocidio«, y exigió a la ONU, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y las organizaciones internacionales de derechos humanos» que designen a la milicia como organización terrorista y lleven a los responsables ante la justicia internacional».
Igualmente, afirmó que Al Fasher, el que era el último baluarte del Ejército sudanés en la vasta región de Darfur, en el oeste de Sudán, «se mantendrá firme frente al brutal y bárbaro ataque» de las FAR.
En esta ofensiva a gran escala de las FAR contra la urbe participaron mercenarios procedentes de Colombia, Sudán del Sur o Chad, según denunció el Gobierno sudanés controlado por la cúpula militar.
El Gobierno sudanés ha responsabilizado de la «masacre» a la comunidad internacional, a la que ha acusado de «inacción» y «falta de voluntad política» para resolver el conflicto en el país africano. «La politización de la crisis y la preferencia de algunos países por sus propios intereses políticos y económicos, en lugar de adoptar una postura moral y humanitaria, condujeron directamente a la masacre de Al Fasher», ha destacado en un comunicado el Ministerio de Exteriores.
La ONU y la UE han exigido el acceso humanitario inmediato a la población civil que permanece en Al Fasher. Las organizaciones humanitarias no tienen certeza sobre el número de personas que hay actualmente en esta ciudad, pero sus planes de ayuda se están esbozando para apoyar a entre 50.000 y 100.000 individuos. «Muchos civiles no han podido escapar, bien porque era demasiado peligroso o porque estaban demasiado débiles después del asedio, así que necesitamos acceso humanitario inmediato», ha declarado en Ginebra una responsable de la representación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Sudán, Jacqueline Parleviet.
Desde Bruselas, el portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Anouar El Anouni, ha indicado la «profunda preocupación» del bloque por el aumento de las hostilidades en El Fasher, en el contexto de la guerra civil que sacude Sudán desde abril de 2023, afirmando que no quedarán impunes las atrocidades contra población civil.
Grave hambruna
Los ataques sistemáticos y el asedio en Al Fasher durante un año y medio han provocado que cientos de miles de personas –entre ellas muchas que han sido desplazadas por la guerra en curso desde abril de 2023– estén en una situación aguda de hambruna, según Naciones Unidas, y sin acceso a alimentos o suministros médicos esenciales.
Las FAR provienen de las denominadas milicias «Yanyauid», compuestas por tribus nómadas de origen árabe utilizadas por el Gobierno sudanés en 2003 para reprimir la insurgencia de comunidades de etnias africanas en Darfur, donde se cometió un genocidio y crímenes de lesa humanidad.
La guerra en Sudán, iniciada en abril de 2023, ha provocado decenas de miles de muertes, ha obligado a más de 13 millones de personas a huir de sus hogares y ha convertido al país en el escenario de la peor crisis humanitaria del planeta, ya que la mitad de la población se enfrenta a una inseguridad alimentaria grave, según la ONU.















