El Rey destaca el esfuerzo de las empresas familiares para «mantener el arraigo local» sin olvidar su proyección global

El rey Felipe VI ha destacado este lunes la vocación internacional de las empresas familiares españolas, que han sido capaces de crecer dentro y fuera de nuestras fronteras, para demostrar que «el arraigo local y la proyección global no son incompatibles».

Felipe VI ha inaugurado este lunes el XXVIII Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que representa casi el 80% del PIB español y más de la cuarta parte del empleo. Este año se ha celebrado en Burgos y ha contado con representantes de cerca de 600 empresas.

En su discurso de apertura del congreso, Felipe VI ha hecho una llamada a las empresas familiares para que mantengan el nivel de sus «buenas prácticas de gobernanza» y lo incorporen a las nuevas generaciones, para asumir con éxito los riesgos que se avecinan en España y en Europa.

Su Majestad ha querido reconocer la labor que hacen este tipo de empresas, que son la mayoría en nuestro país, y han creado 2,5 millones de empleos en los últimos diez años, la mayor parte de ellos de mayor cualificación que la media.

El lema de este año ha querido unir los conceptos de «origen» y «destino» en la labor empresarial. Una idea que el Rey ha destacado, pues no se trata sólo de conservar un legado, sino de transformarlo «entendiendo el presente como punto de unión entre origen y destino».

El Rey, que ha sido habitual de este Congreso en las últimas dos décadas, ha destacado cómo en el origen están los valores con los que trabajan las empresas familiares, y en el destino la voluntad de innovar y la «aventura de emprender» que rige su actividad.

Antes que el Rey, el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Jordi Hereu, agradeció el valor del trabajo que desarrollan este tipo de empresas en la apuesta europea por recuperar su base productiva, que es lo que diferencia al continente como modelo social de libertad y democracia.

Hereu quiso aprovechar para hacer un reconocimiento a los empresarios familiares, en un Congreso que analiza con voz crítica el exceso de regulación que sufren en su actividad y la necesidad de tener mano de obra cualificada.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no viene a esta reunión de grandes empresarios desde el año 2018. Y ha sido Hereu el encargado de valorar cómo detrás de cada una de estas compañías hay «una historia de vida y un libro de aprendizaje».

Previamente al acto oficial de apertura con el Rey, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, había hecho un repaso muy duro contra la política económica de Gobierno, por entender que no apoya a este tipo de empresas y transmite a la sociedad la idea de que «trabajar no compensa».

Falta de guion

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Ignacio Rivera, realizó un análisis crítico de los grandes retos internacionales que sufre una Europa que mengua, y ahora sólo es el 14% del PIB mundial y el 6% de su población.

«Nadie habría acertado hace un año con lo que ocurre hoy en este país. Estamos en un punto de inflexión donde nada está garantizado», señaló Rivera.

Pero recordó el compromiso que el Viejo Continente tiene para aportar democracia y libertad al mundo, en un momento crucial.

Y en esa labor introdujo la gran aportación que España y sus empresas pueden hacer para actuar como puerta de Latinoamérica hacia Europa. «Las empresas familiares son motor de cambio y de estabilidad; cuando una prospera, lo hace toda España», recordó.

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