Cambiar el plano en la retransmisión no era suficiente. Javier Tebas ha redoblado su apuesta por la censura en un fin de semana negro para la reputación nacional e internacional del fútbol español. El presidente de LaLiga ha puesto en el foco mediático a la competición nacional no sólo a base de ocultar las protestas de los futbolistas de Primera División contra la falta de transparencia de la patronal sobre el partido que enfrentará al Villarreal y FC Barcelona en la jornada 17 del campeonato, sino que, además, las convierte en una suerte de “compromiso por la paz”. Una manera de frivolizar con el genocidio perpetrado por Israel en la Franja de Gaza para evitar que los parones de los jugadores recorran la vuelta al mundo. Al margen, periodistas como Paco González (director de Tiempo de juego) denuncian que la propia entidad – encargada de la producción y distribución de la señal de los partidos – ha obligado a los narradores de los encuentros a leer unas líneas sobre la paz en el mundo durante los 10-15 segundos de quejas.
Lo que ocurrió en San Mamés hace unas semanas, cuando la retransmisión escondió el homenaje de los jugadores del Athletic de Bilbao a Palestina por el acoso y derribo del Gobierno de Netanyahu, fue el primer ejemplo de una lista que rostros del mundo del periodismo deportivo ya describen como muy extensa. Un ejercicio de censura que se repitió este viernes y que transgredió las barreras de la manipulación informativa el sábado durante el partido que enfrentaba al Sevilla y al Mallorca en el Sánchez Pizjuán. Los espectadores, si bien esta vez no vieron los aledaños del estadio hispalense, tampoco pudieron comprobar cómo los 22 titulares paraban en señal de protesta por la falta de transparencia de la patronal. Al menos no exactamente.
En un giro cuasi berlanguiano del guion del viernes, la cámara se posó sobre el jugador que se disponía a botar el saque inicial, pero en el margen inferior izquierda de la pantalla aparecía el siguiente mensaje: “Compromiso por la paz”. Es decir, no sólo se censuró el gesto de protesta – auspiciado por el sindicato mayoritario de futbolistas (AFE) -, sino que LaLiga decidió convertir una mera queja futbolística en un canto contra el genocidio israelí en Palestina o la invasión rusa de Ucrania – que ya va para cuatro años -. Una maniobra narrativa que busca amortiguar las repercusiones de las quejas de los jugadores de Primera División, sino que además frivoliza con hechos de gravedad suma como lo son conflictos bélicos.
Manipulación del relato
Pero la estrategia de LaLiga no se ciñe únicamente a cuestiones visuales, sino que transgrede incluso los límites del derecho a la información. Así lo denunciaron este pasado sábado periodistas deportivos de calado como el director de Tiempo de Juego, de la Cadena COPE, Paco González. El histórico comunicador asumió el liderazgo de los reproches al jefe de la patronal del fútbol, protegido por una buena parte del sector, e incluso deslizó que LaLiga estaba obligando a los narradores de los diferentes partidos a leer un comunicado en clave “compromiso por la paz”. “Está perdiendo la cabeza”, espetaba González mientras reflexionaba en directo sobre lo que está ocurriendo en el fútbol español, sin sacar a colación la idoneidad de sacar de las fronteras del país un partido de la competición doméstica.
González arrancaba su disertación dejando al margen “las consideraciones” de cada uno sobre el Villarreal-Barcelona de Miami; relatando al mismo tiempo que todo comenzó durante el Oviedo-Espanyol del viernes que daba inicio a la novena jornada del campeonato nacional. “En televisión no se vio nada de esos 15 segundos de parón. De hecho, se hizo una panorámica desde fuera del estadio y cuando la cámara mostró lo que pasaba dentro era un balón desde el área del Oviedo jugado en largo hacia delante”, continuó el comunicador, que aprovechó el alcance de su altavoz para denunciar que LaLiga de Tebas forzaba a los narradores a leer un guion contra las “guerras en el mundo mundial”. “Les paga Movistar o Dazn, no LaLiga”, especificaba el director de Tiempo de Juego.
En este sentido, sin cambiar la diana a otro objetivo que no fuera Javier Tebas, González denunciaba que el presidente de LaLiga estaba tomando decisiones que incluso transgredían el derecho a la información veraz y a la libertad de expresión. “Al pobre locutor de televisión que le tocó narrar el partido, y lo digo con todo el cariño, encima de no poder contarlo le dieron un papel con un comunicado sobre la paz. Sin nombrar ni a Gaza ni a Israel ni nada”, continuó. González calificó este hecho como una maniobra “prefranquista” de un Javier Tebas que “ha perdido la cabeza. “Si a él se lo hicieran con otros caudales informativos le molestaría. ¿Qué es esto? ¿De verdad que no hemos ido perdiendo derechos y libertad? ¿No se puede decir que se ha parado un partido de fútbol?”, abrochó el comunicador.
Entre tanto, y al margen de las comunicaciones en la patronal y el sindicato de futbolistas, que insiste en señalar a LaLiga por su falta de transparencia en relación con el partido de Miami, asociaciones como la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol (FASFE) se moviliza en las redes sociales para luchar contra la censura y la manipulación de Javier Tebas, pidiendo a los aficionados que acudan a los estadios de Primera y Segunda División del fútbol español que graben las protestas con su móvil. “Ante la censura de la Liga, si vas al estadio esta jornada: cuando los jugadores se planten al comenzar el partido grábalo y postéalo en tus redes sociales”, escribieron desde su perfil oficial en redes, para evitar que cale la narrativa que intenta forzar LaLiga.