El planeta acaba de cruzar por primera vez uno de los «puntos de no retorno» que, según advierten los científicos, marca una pérdida irreparable para el globo. Un análisis liderado por más de 160 científicos internacionales y un centenar de instituciones afirma que en estos momentos estamos viviendo un proceso irreversible de muerte generalizada de los arrecifes de coral de todo el mundo, los cuales sustentan una cuarta parte de la vida marina y proporcionan alimento e ingresos a casi mil millones de personas. Los expertos afirman que el riesgo de colapso de estos ecosistemas es de más del 99% y que la posibilidad de salvarlos es «prácticamente nula». «Este es el primer gran «punto de no retorno» del sistema climático terrestre y señala el inicio de una «nueva realidad» en la que los cambios abruptos e irreversibles ya no son una amenaza futura, sino un presente«, sostiene el último ‘Global Tipping Points Report’.
El informe, publicado a un mes del inicio de la cumbre del clima de Brasil (COP30), analiza una docena de elementos que, según explican los científicos, garantizan el equilibrio climático terrestre y que, debido al avance del calentamiento global, están en riesgo. Hace ya años que este ejercicio acaba alertando de que los «puntos de inflexión» estaban cada vez más cerca. Ahora, sin embargo y por primera vez, los registros confirman que al menos uno ya se ha superado de forma definitiva. En un momento en que la temperatura media del globo ya está 1,4ºC por encima respecto a la era preindustrial, los científicos estiman que «los arrecifes de coral han superado su límite térmico crítico«. «Incluso si la temperatura global se estabilizara en el límite de los 1,5ºC, la probabilidad de que estos ecosistemas sobrevivan es casi nula», sostiene el análisis.
El informe afirma que hay un 99% de riesgo de colapso de los arrecifes de coral, que sustentan una cuarta parte de la vida marina y proporcionan alimento e ingresos a casi mil millones de personas
El informe se muestra claro al afirmar que los arrecifes de coral tal como los conocemos están condenados a desaparecer. Solo se espera que, con un poco de suerte, si se aplican las suficientes medidas de protección, se puedan salvar pequeños refugios como fragmentos resistentes al calor o protegidos frente a la contaminación y la sobrepesca. Todos los demás están condenados a desaparecer en las próximas décadas. Y esta, según explican los expertos, es la primera gran pérdida y punto de inflexión que presenciaremos si no hacemos nada para frenar el avance de la crisis climática. «Este debería ser un toque de atención definitivo», advierte Mike Barrett, coautor del informe. «Si no actuamos de forma decidida ahora, perderemos también el Amazonas, las capas de hielo y las corrientes oceánicas que sostienen el clima global», comenta.
Puntos de inflexión climáticos
El análisis advierte de que el planeta también se aproxima peligrosamente a otros puntos de inflexión sin retorno. Entre ellos, la desintegración de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, el colapso de la circulación oceánica del Atlántico (AMOC) y la muerte regresiva del Amazonas. Estos umbrales, explican los expertos, no se comportan como los riesgos climáticos habituales sino que, «una vez superados, los procesos se aceleran y resultan prácticamente imposibles de revertir«. «Las políticas actuales no están diseñadas para afrontar este tipo de amenazas abruptas e irreversibles», explica la investigadora Manjana Milkoreit, de la Universidad de Oslo. «Necesitamos una gobernanza global capaz de actuar antes de que los daños sean inevitables. Eso significa reducir las emisiones de forma inmediata y acelerar las tecnologías de eliminación de carbono», añade.
«Necesitamos una gobernanza global capaz de actuar antes de que los daños sean inevitables. Eso significa reducir las emisiones de forma inmediata y acelerar las tecnologías de eliminación de carbono»
En esta misma línea también se posiciona Tim Lenton, director del Global Systems Institute de Exeter y uno de los principales expertos detrás de este informe. «Estamos acercándonos rápidamente a múltiples puntos de inflexión del sistema terrestre que podrían transformar nuestro mundo, con consecuencias devastadoras para las personas y la naturaleza«, afirma. Pero, lejos de quedarse solo con el mensaje de alarma, este científico afirma que esta situación » exige una acción inmediata y sin precedentes por parte de los líderes en la cumbre de Belém en Brasil y de los responsables políticos en todo el mundo».
Brechas de esperanza
No todo son malas noticias. El informe también señala que el mundo ya está viviendo «puntos de inflexión positivos» como, por ejemplo, cambios tecnológicos y sociales que, una vez iniciados, se aceleran por sí solos y contribuyen a combatir la crisis climática. Entre estos destaca la rápida expansión de la energía solar y la eólica, así como la transición hacia los vehículos eléctricos. En este sentido, el análisis también señala el potencial de las «políticas coordinadas» en materia de transporte y energía, ya que, de aplicarse, podrían convertirse en «puntos de palanca capaces de desencadenar transformaciones en cadena en toda la economía global». Ahora debemos movernos más rápido para desencadenar cascadas de cambio positivo que nos alejen de los puntos de no retorno catastróficos«, comenta Lenton.
«Aún podemos pasar de enfrentarnos a riesgos existenciales a aprovechar las oportunidades transformadoras que nos ofrece la transición. Pero el reloj ya está en marcha y depende de nosotros decidir qué hacemos con el tiempo que nos queda»
Los científicos insisten en que el margen de maniobra para frenar el caos climático se reduce cada vez más, pero aún no ha desaparecido. Este informe, igual que muchos otros, argumenta que, con políticas audaces, inversiones sostenidas y una movilización global sin precedentes, aún es posible inclinar la balanza hacia un escenario de transformación positiva. «Solo con una combinación de políticas claras y decididas y una acción ciudadana coordinada podremos cambiar la trayectoria del planeta», concluye Lenton. «Aún podemos pasar de enfrentarnos a riesgos existenciales a aprovechar las oportunidades transformadoras que nos ofrece la transición. Pero el reloj ya está en marcha y depende de nosotros decidir qué hacemos con el tiempo que nos queda», reflexiona este experto tras la publicación de este informe.
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