La recepción en el Palacio Real que el jefe del Estado ofrece tras el desfile militar del 12 de octubre volvió a servir de termómetro político. Es curioso ver cómo algunos años los dirigentes buscan el protagonismo y se dejan ver y saludar por todos, mientras que otros años prefieren hacer mutis por el foro, para no tener que capear las preguntas de las decenas de periodistas que acuden al acto por invitación del Rey.
Esta edición fue Alberto Núñez Feijóo el que marcó el pulso de la jornada y uno de los que más aguantaron hablando con todos los invitados. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez –tras saludar a los Reyes y sus hijas en el salón del trono, como la mayoría de los asistentes– se fue enseguida del acto, sin tener la tradicional conversación con los periodistas en los corrillos. Igual hicieron sus ministros, salvo Óscar Puente.
La razón para la rápida partida de Sánchez fue su viaje, este lunes, a Egipto, donde asistirá a la firma del plan de paz para Gaza, un acto histórico en el que coincidirá, entre otros, con el presidente de EEUU, Donald Trump. Sánchez prefirió irse pronto de la recepción, algo que también hizo su antagonista más habitual en la oposición del PP: Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de Madrid se marchó muy pronto también sin hablar con la prensa porque, según contaron sus asesores, tenía un almuerzo al que tenía que asistir. Así, Sánchez y Ayuso no usaron el Palacio Real para sus desafíos permanentes, con los que ambos consiguen visibilidad y a los que parece que ambos hallan sentido.
Los periodistas le preguntaron a Feijóo cómo se había tomado la frase burlona de “Ánimo, Alberto” que el presidente del Gobierno le lanzó el miércoles en el Congreso, después de que el líder del PP le dijera a la cara que le convocará a la comisión de investigación del Senado para hablar de la supuesta corrupción en el PSOE. “Hombre, la verdad es que estoy bastante animado”, respondió. “Lo primero es porque mi pareja no está en el juzgado, mi hermana tampoco y mi número dos no está en la cárcel”, añadió. El político gallego fue preguntado por la marcha de Sánchez de la recepción y declaró que entiende que «no es fácil que pueda hablar” con las investigaciones judiciales que rodean a personas de su entorno.
Los dardos a Abascal
Feijóo aprovechó su estancia en los salones del Palacio Real también para sacudir a su diestra. Preguntado por la ausencia del presidente de Vox, Santiago Abascal, tanto en la tribuna de autoridades del desfile como en la posterior recepción, el jefe de la oposición recordó que a estos actos suelen ausentarse “Bildu, los nacionalistas y los independentistas”. “Aquí venimos a acompañar al Rey y a los soldados españoles. Y estoy muy orgulloso de venir. Como presidente de Galicia solo falté una o dos veces y porque tenía viaje oficial”, explicó.
Abascal siguió el desfile militar desde la calle, no en la tribuna de las autoridades, para no coincidir con Sánchez, según argumentó. Después no fue al Palacio Real a la recepción, un acto que convoca el Monarca, no el Gobierno. Feijóo afirmó que el líder de Vox tendrá que dar una “explicación”.
Moreno y las andaluzas
El líder de ultraderecha está creciendo en todas las encuestas y en toda España a costa sobre todo del PP y puede amenazar la mayoría absoluta que los populares disfrutan en Andalucía, algo que admitió el presidente de la Junta, Juanma Moreno, que sí que charló largamente con los invitados en los salones del Palacio Real. Esa comunidad autónoma tiene que celebrar elecciones, como tarde, el mes de junio próximo y el escándalo por los cribados de cáncer de mamá que ha sufrido el Gobierno andaluz estos días ha tenido impacto entre los electores, aunque el PP, según Moreno, seguiría obteniendo mayoría absoluta, aunque más ajustada.
Según el presidente de la Junta, el PSOE ha arañado uno o dos diputados, que cree que puede recuperar, y considera que la vicepresidenta primera María Jesús Montero y candidata socialista a la Junta, está «muy desgastada» y no tiene nada que hacer porque genera mucho rechazo entre los andaluces. Vox está aumentando su respaldo en Almería, Huelva y Málaga, un crecimiento que Moreno quiere frenar subrayando la «estabilidad» que, en su opinión, ha dado a Andalucía con su mayoría absoluta. «Si les votan, sepan que pasaremos a mendigar Presupuestos y leyes», les va a decir a los andaluces. Ya veremos si los ciudadanos hacen caso a los populares. Por ahora, en las encuestas, no parece. Pero son encuestas.
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