Una UD Las Palmas incapaz de poner a prueba al portero filial del Granada. Con 19 años y la condición de ser un excelente ‘parapenaltis’, Iker García cogió los guantes y se probó ante un equipo que no es capaz de hacer daño de cara a portería —ocho goles en nueve partidos—. Un estreno plácido y sin trabajo para firmar una noche de rosas en la que los amarillos tan solo tiraron dos veces entre los tres palos. Misiles de cartón directos al joven Iker y la etiqueta de no hacer daño sin importar el rival. Un punto de reflexión fuera de casa y la difícil tarea de buscar responsabilidad ante la falta de pólvora.
El conjunto de Luis García no termina de meter la marcha. Anoche, en el Nuevo Los Cármenes, tuvo la posibilidad de dormir plácidamente como líder de la categoría de plata de haber sumado los tres puntos, pero el cuadro insular está negado con el gol. Da igual quién lo intente, los millones que haya sobre el verde y las diferentes pruebas en el esquema táctico. La realidad es que en el kilómetro nueve de la maratón, la delantera sigue sin aprobar el examen.
La UD volvió a ser previsible en todas las jugadas, y a pesar de ser dueña de la posesión e implacables en defensa —la meta de Horkas, sin trabajo aparente, quedó a cero— no cumplió el objetivo para poder ganar un partido, que no es otro que marcar. Lo intentó Ale García, Manu Fuster e incluso un Iván Gil que parece haber perdido el fuelle que le caracterizaba. También Jaime Mata, que volvió a disfrutar de minutos por segunda jornada consecutiva y Recoba, que aunque con menos tiempo por el contratiempo de su cambio por lesión, intentó modificar el rumbo de las tablas en el marcador. Ayer nada ni nadie fue suficiente.
Los minutos de Kirian y el vacío de Viera
Con seis bajas en la convocatoria, los grancanarios se sintieron huérfanos en determinadas zonas, y el chute de energía volvió a ser el de Kirian Rodríguez, que poco a poco apunta maneras para alistarse en el once inicial de Luis García. Suplió a Enzo Loiodice en el minuto 65 y volvió a compartir el centro del campo con un Amatucci con el que parece asociarse a la perfección. El vacío de Jonathan Viera, que había acostumbrado a los suyos a actuar como revulsivo y a poner calma sobre el verde se sintió como un golpe de realidad, y es que aunque muchos lo nieguen, la figura del ’21’ decide.
Ale García se lamenta de una jugada que no llegó a gol / LOF
Sin gol no hay paraíso en una categoría en la que entran en juego muchas cuestiones. En un equipo que a principio de temporada destacaba por la cantidad de delanteros que había —Lukovic, SandroMarc CardonaJesé, Mata, Ale García e incluso Recoba— y en el que acumula ocho goles, dos de ellos son de defensas: el de Enrique Clemente y el de Barcia la pasada jornada. Mientras, tres de ellos recaen en un Ale García al que le está fallando el olfato, dos a Iván Gil y el último de ellos al serbio Lukovic, apartado por sanción en los dos últimos duelos.
Si no se puede ganar, tampoco se pierde
Parece el cuento de no acabar en un vestuario que a pesar de entender que la determinación no llega, sonríe y prefiere mirar el lado bueno de la moneda: «Siempre sumar fuera de casa es positivo. Si no se puede ganar, tampoco se pierde, y además nos vamos con portería a cero», comentó Iván Gil tras el final del partido.
Sin embargo, no todo es malo una UD Las Palmas que cada jornada demuestra tener ganas, aunque a veces los resultados no acompañen. Anoche en Granada, los amarillos lograron dejar la portería a cero, y ya van cuatro de nueve partidos. Además, siguen con la tónica de sumar fuera de casa y por el momento están invictos a domicilio. Aunque sumar de tres resultó imposible y el acierto no estuvo del lado de los insulares, el reparto de puntos ayudó a los de García a subir un peldaño más en la pelea por el ascenso, y ocupar, a la espera de lo que hagan los rivales entre hoy y mañana, la cuarta posición de la tabla.
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