Dos años y 60.000 muertos después, Hamás ha aceptado el plan de 20 puntos impuesto por Donald Trump para la paz bajo la amenaza de la destrucción total si lo rechazaba. Ahora la pelota está en el campo del líder estadounidense, que aspira a conseguir el Premio Nobel de la Paz resolviendo los conflictos más candentes de estos años: Gaza y Ucrania.
Pero ¿qué fuerzas han actuado para que el grupo palestino aceptara cuando ya se había superado la ventana de 72 horas que había concedido Washington?
Pocas horas antes de la aceptación del plan, la agencia Bloomberg anunciaba que las potencias árabes del Golfo estaban listas para impulsar el plan de Trump, aunque Hamás no lo aceptara, lo que privaba al grupo terrorista de su herramienta favorita, su poder de veto, y le empujaba a ceder poder dentro: aceptar canjear a todos los rehenes y entregar la administración de Gaza a un gabinete tecnocrático palestino.
Al mismo tiempo, Washington informaba de que se ampliaba el plazo a Hamás para responder.
“Siempre creí que si los saudíes y los cataríes unían sus esfuerzos en lugar de luchar el uno contra el otro podían resolver la mayoría de problemas en Oriente Medio”, explica a EL ESPAÑOL el analista Nadim Shehadi, que, como anunció a este diario hace meses, la guerra solo terminaría cuando se resolviera la “batalla interna” en cada bando, no solo la negociación con el enemigo.
“Los americanos deberían haber declarado el Estado de Palestina inmediatamente después de los Acuerdos de Abraham”, añade Shehadi, para quien la clave está en la debilidad actual de Irán.
Según su análisis, el acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y el P5+1 (EE UU, Reino Unido, Francia, Rusia, China, Alemania y la Unión Europea) fue un completo fraude. “El objetivo del acuerdo nuclear era desviar la atención de lo que Irán estaba construyendo en la región”, su expansión regional con apoyos a milicias y aliados en el Líbano (Hezbolá y Hamás), en Siria, en Irak o Yemen.
Teherán entendió el atractivo del supuesto desarme nuclear para conseguir un marco negociador favorable centrado solo en ese programa. Los antecedentes los había visto en la CND (Campaign for Nuclear Disarmament), una histórica ONG británica por el desarme nuclear y el prestigio social y político que tiene en Occidente esa narrativa.
“Una de las condiciones que impuso Irán para continuar con las negociaciones fue que EE UU aceptara no mencionar el papel regional de Irán”, asegura Shehadi. Y Washington aceptó, con consecuencias funestas. La connivencia de los Gobiernos de los demócratas Barack Obama y Joe Biden con dictaduras como la iraní o la siria “ha prolongado innecesariamente durante décadas los conflictos y el número de muertos civiles en la región”, concluye este analista.
A video from Gaza’s streets shows people celebrating after news of the ceasefire and President Trump’s call for Israel to stop bombing Gaza. pic.twitter.com/ScyiCh8MXH
— Ihab Hassan (@IhabHassane) October 3, 2025
Presión de las potencias árabes
Ahora, con Irán desactivado tras los ataques de Tel Aviv y de Washington, y unos líderes del Golfo y del petrodólar que aspiran a vivir a todo trapo y en paz, presionar a Hamás era la mejor salida.
“Está bien que Hamás haya aceptado”, explica a este diario Ahmed Deeb, un reconocido fotógrafo palestino que ha perdido en los últimos meses a once miembros de su familia bajo los bombardeos de Israel, incluidos hermanos, sobrinos y primos.
El último hace apenas unos días. “Llega demasiado tarde. Pero ojalá que la paz llegue esta vez”, agrega Deeb. Reconoce que seguramente la presión de las potencias árabes está detrás de esta respuesta, pero también la de EE UU y sus intereses en los países del Golfo.
En cuanto a Hamás, que gobernaba la franja desde 2006 (últimas elecciones celebradas) y que está considerado un grupo terrorista por la mayoría de países occidentales, Deeb cree que “saben que no pueden ganar con armas y combates, así que intentaron presionar al mundo para que actuara (con los atentados del 7 de octubre) y fracasaron. O el mundo les falló… Así que saben que no obtendrán nada más, salvo derrotas”.
Ahora mismo el apoyo de los civiles de la Franja al grupo armado es “muy bajo o prácticamente nada”, asegura. Según un sondeo de PSR, en mayo solo el 37% de los gazatíes apoyaban a su Gobierno, y el 48% apoyaron las manifestaciones internas que exigían que Hamás abandonara la administración de la Franja.
Mediación de Egipto y Catar
El exlíder de Hamás Mousa Abu Marzouk, en una entrevista con el canal catarí Al-Jazeera, reconoció que la respuesta positiva del grupo a Trump se ha producido después de un intenso proceso interno con las diferentes facciones y con mediadores de Egipto y Catar. Y señaló que todavía tienen que “discutir la mayoría de los puntos del 9 al 19 con los palestinos”, ya que el plan excede la capacidad de Hamás y alcanza ámbitos relacionados con la ONU, la Liga Árabe o la OLP: “No tenemos esa respuesta en nombre de todas estas partes”, aseguró Marzouk.
En este sentido, Marzouk trasladó las reticencias del grupo gazatí, que ha puesto condiciones para liberar a “todos los prisioneros de guerra” (vivos y muertos): exige un alto el fuego inmediato y la retirada completa de Israel de Gaza. Además, debe permitirse la entrada de toda la ayuda humanitaria.
Este excombatiente ha trasladado también la dificultad logística para devolver cuerpos que se encuentran bajo los escombros: “Necesitamos meses para buscar, excavar y retirar los escombros, para sacar esos cadáveres de debajo de la tierra. Tenemos muchas dificultades”, para lo que esperan coordinación con el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Sí que aceptan que un gobierno tecnocrático palestino gobierne Gaza y la retirada de Hamás de la administración. Marzouk reconoció que un 90% de las capacidades del grupo han sido destruidas por el violento y desproporcionado ataque de Israel, pero el desarme de Hamás está condicionado al fin de la ocupación: “No necesitamos armas si no hay ocupación”.
Otro de los puntos que rechaza Hamás, según este portavoz, es el “Consejo por la Paz”, que estaría capitaneado por el ex primer ministro británico Tony Blair: “Los palestinos rechazarán que cualquiera los controle, y Tony Blair mintió, causó todos los problemas a los iraquíes, y fracasó. No podemos traer a alguien como Blair para que gobierne Gaza, está buscando solo enriquecerse”.
🚨An Israeli official said Netanyahu was surprised by President Trump’s response
🚨In consultations Netanyahu held on Friday – after Hamas’ response and before Trump’s announcement – he stressed that he views Hamas’ response as a rejection of Trump’s plan, the Israeli official… https://t.co/OdTNY9ITVs— Barak Ravid (@BarakRavid) October 3, 2025
¿Qué hará Israel?
Sin embargo, el problema ahora radica en la respuesta de Benjamín Netanyahu, según señala la analista Natasha Hall, del CSIS: “La ambigüedad no está en Hamás, sino en Israel. Hamás ya no es un actor, han matado a todos sus líderes militares y negociadores, no tiene con qué ni con quién negociar”, y Gaza está demolida. “Tenían que aceptar este acuerdo, no podían hacer otra cosa”.
Pero el cuello de botella es político: si Hamás cumple su parte y entrega a los 48 rehenes, Netanyahu no tendrá oposición interna y podría continuar la guerra, porque se disipa la presión ligada a la liberación de los rehenes. Por eso Hall pide observar críticamente lo que diga el israelí y también Trump, para ver si el plan es viable sin la presión tangible de la Casa Blanca, sobre todo en el punto clave de la retirada israelí.