Sofía Suescun ha roto su silencio con un mensaje meditado en Instagram después de que su madre, Maite Galdeano, y su hermano, Cristian Suescun, escenificaran su reconciliación en ‘¡De viernes!’ y pusieran en la diana a Kiko Jiménez. La ganadora de ‘Gran Hermano’ y ‘Supervivientes’ evitó entrar al choque directo, pero publicó un texto que muchos han leído como su posición: “Me engañaron cuando me dijeron que la familia es lo primero. La familia que vale es la que te impulsa, te apoya y te deja ser libre”.
En el mismo post, Sofía apuntala la idea de poner límites cuando no hay aceptación: “Si no te aceptan como eres, no tienes por qué cargar con su chantaje emocional. Aléjate de cualquier círculo que corte tu libertad”. Unas palabras que han encendido la conversación entre sus 1,5 millones de seguidores y que llegan tras semanas de especulación sobre su distanciamiento familiar.
La navarra acompaña esa reflexión con confesiones personales sobre su día a día: prefiere rodearse de sus animales “antes que de gente que solo está por cumplir o aparentar”, y reivindica su bienestar por encima de cualquier expectativa externa: “Valoro mi libertad, mi paz interior y mi esencia”. También se reconoce como PAS (persona altamente sensible): los entornos ruidosos y masivos le generan ansiedad, algo que dice haber aprendido a gestionar sin renunciar a su ritmo.
Suescun desliza, además, un deseo de vida sencilla y alejada del foco: vivir “aquí y ahora”, sin anclarse al pasado ni ahogarse en el futuro, e incluso retirarse en un lugar donde nadie la conozca, “rodeada de lo único” que le hace feliz: animales y naturaleza. Remata con una declaración de autonomía: “Si a alguien le incomoda… no pasa nada. Porque al final, mi vida es mía”.
Con este movimiento, la influencer mantiene la prudencia pública sobre su familia, pero fija su marco: libertad personal, autocuidado y un círculo afectivo elegido. Un mensaje en positivo que, sin nombrar a nadie, responde al ruido de los últimos días.