26-09-2025 LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Segunda huelga de médicos. Hospital Doctor Negrín | / Andrés Cruz / LPR
Tengo 41 años. Soy médica y estoy cansada.
El otro día leía que una de las profesiones que más estrés físico y emocional conlleva es la medicina. Y me resulta alarmante que además sea la profesión con mayor tasa de suicidio en España.
Solo llevo 15 años trabajando como médico, pero creedme que han sido más que suficientes para afirmar que ser medico estresa y mucho. No podemos olvidar las cosas buenas que tiene nuestro trabajo y los momentos emotivos que vivimos cada día.
Pero también me gustaría recalcar que durante todos estos años, los sentimientos de culpa, la preocupación, la alerta, el agotamiento emocional, los despertares nocturnos y la autoexigencia son una constante en nuestra vida, al menos en mi experiencia.
Y si a eso le sumas esa «resaca emocional» como consecuencia de las eternas guardias de 24 horas sin parar de currar, sí, sin parar de currar, ya la cosa tambalea. Porque las enfermedades no entienden de horarios. Eso sí, nuestra entrega y profesionalidad son absolutas en cualquier momento del día y de la noche, sin excepciones.
Y todo esto sabiendo que al día siguiente estarás completamente derruido físicamente y destrozado emocionalmente.
Las 24 horas se hacen muy largas, los que no son sanitarios no os lo podéis imaginar.
No hablo de un cansancio pasajero, sino de un agotamiento profundo, físico y emocional, fruto de años de jornadas interminables, noches sin dormir y un sistema que exige siempre más y ofrece cada vez menos.
Somos miles los que vivimos así: trabajando al límite, mal pagados y sin reconocimiento. Esta huelga no es solo por nosotros, es también por ti, por tus hijos, por tus padres, porque defender la dignidad de los médicos es la única manera de salvar la sanidad pública de un colapso anunciado.
La medicina de hoy nos exige mucho más de lo que se le puede exigir a una persona. Y esa exigencia constante acaba dejando huellas.
No es fácil tomar distancia de un trabajo que implica vidas humanas. Y que constantemente pone a prueba no solo los conocimientos sino el alma.
Porque sí, se puede amar la medicina y al mismo tiempo sentir agotamiento por ella. Son cosas compatibles.
Y siento que nuestra vocación no debería seguir sosteniendo a un sistema que se rompe, o a un sistema que ya está roto. Y no solo nos rompe a nosotros. Nos rompe a todos. Hagamos que nuestra profesión, la mas bonita del mundo, vuelva a merecer la pena.
Y por eso estamos en huelga. Porque llevamos años luchando contra nuestro propio Estatuto. Porque queremos luchar por un sistema más justo.
Porque tener una jornada semanal de 60 horas no debería ser legal.
Porque las guardias no cotizan, pero sí cuentan para el IRPF.
Porque la hora de guardia se paga menos que la hora ordinaria.
Porque el descanso tras una guardia es insuficiente.
Porque cuidar de quienes nos cuidan es la única forma de salvar la sanidad que un día nos salvará a todos. Una de tantos médicos cansados, pero aún en pie. n












