Día tranquilo para Miguel Ángel Ortiz, por Barrenechea Montero

En un encuentro intenso y emocionante, Miguel Ángel Ortiz, sin correr mucho, consiguió estar bien situado, transmitiendo mucha tranquilidad a los futbolistas. Sancionó las pocas infracciones de reglamento con buen criterio y, al aplicar correctamente la ventaja, dio mucha fluidez al juego. Además, con un arbitraje preventivo, evitó que en las jugadas a balón parado los forcejeos entre jugadores se subieran de tono.

Mostró la autoridad suficiente para mantener el control del choque. Amonestó correctamente a Billy por un codazo a Lewandowski, aunque se puede entender que en el minuto uno debería haber mostrado la primera amarilla por una dura entrada por detrás sobre Ferran. En el minuto 76 también advirtió a Frenkie de Jong por el mismo motivo.

Ayer, en el Carlos Tartiere, Miguel Ángel Ortiz se encontró cómodo dirigiendo el partido entre el Oviedo y el Fútbol Club Barcelona, cuyos jugadores no le dieron problemas ni protestaron. Y él, lógicamente, tampoco se los buscó. Si añadimos que no hubo jugadas polémicas y que el VAR de Valentín Pizarro pasó desapercibido, se puede decir que realizó un buen arbitraje.



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