El próximo 30 de noviembre no será un domingo cualquiera en la provincia. Es un día marcado en la agenda tanto de Luis Barcala como de Pablo Ruz, ya que tendrá lugar, salvo un nuevo y a estas alturas inesperado cambio de fecha, la primera maratón que unirá Elche y Alicante. Y es que no solo se tratará de una novedad a nivel deportivo, con una más que interesante participación (se esperan más de 4.000 personas). Va más allá, o debería.
Tendría que ser un hito, un antes y un después, en la relación entre las dos principales ciudades de la provincia. Eso sobre el papel, porque los hechos se empeñan en generar dudas. Esa maratón supone el primer resultado con impacto ciudadano de la nueva vinculación que impulsaron hace ahora dos años los alcaldes de ambos municipios: el alicantino Barcala y el ilicitano Ruz. Pocos avances para haber arrancado ya el último curso político completo antes de las próximas elecciones.
Dos años, con sus respectivos días, no han sido suficientes para que aquella primera cumbre en Alicante, que se calificó como «histórica» y tuvo réplica en Elche medio año después, haya deparado más resultados que una prueba deportiva, una más (kilómetros al margen) en el amplio calendario de citas atléticas de ambas localidades, una de ellas con inicio en Alicante y término en Santa Pola, impulsada desde la Diputación. Una prueba el 30-N, el único fruto con trascendencia de ese nuevo nexo entre Alicante y Elche, que costó ubicar en el calendario, al cambiar tres veces de fecha hasta dar por buena la de finales de noviembre de este 2025.
Dos años atrás
Todo empezó en octubre de 2023, pocos meses después de la llegada de Pablo Ruz a la Alcaldía de Elche, lo que permitía que las dos principales ciudades de la provincia volvieran a estar gobernadas por el mismo color político. No sucedía desde que en 2018 el socialista Gabriel Echávarri dejara el gobierno local de la capital alicantina.
Barcala tenía así, por primera vez, a un compañero de partido en el vecino Elche. Y se intentó aprovechar para dinamizar unas relaciones que en numerosas ocasiones otros gobernantes habían intentado (sin ningún éxito) que sirvieran para impulsar un eje económico y social, con más de 600.000 habitantes.
La primera reunión, con toda la pompa posible, tuvo lugar el 27 de octubre de 2023 en el Ayuntamiento de Alicante. Hasta ahí se desplazó Ruz junto a buena parte de su equipo de gobierno. Hubo reunión de trabajo, recorrido a modo de visita turística por la Casa Consistorial, regalos protocolarios y unos acordes del Himno de Alicante a cargo del regidor ilicitano. Parecía que había ilusión por cambiar la historia. Tanta como escepticismo externo, por aquello de la hemeroteca.
Acuerdos, eso sí, pocos. Más bien, intenciones y las siempre socorridas reivindiaciones a otras administraciones. Se dieron por buenas al tratarse del primer intento de Barcala y Ruz de que Alicante y Elche caminaran por fin juntas. Se habló de coordinar actividades museísticas, abonos para el transporte, gestión de conciertos… y competiciones deportivas.
Más ideas
Un mes después se supo que la competición sería una maratón y empezó a hablarse de promover proyectos conjuntos financiados por Europa a través de la línea de subvenciones que sustituye a las Edusi. Ese día también se puso sobre la mesa la idea de impulsar una red de aparcamientos disuasorios para facilitar la conectividad entre ambas ciudades, separadas por apenas un puñado de minutos en vehículo privado.
Unos meses después, Elche acogió en marzo de 2024 el «partido de vuelta». Entonces, el alcalde de Alicante, acompañado por concejales de su ejecutivo, se desplazó hasta la ciudad de las palmeras para realizar la segunda reunión entre ambos gobiernos. Ahí se puso nueva fecha (aunque no iba a ser la definitiva) a la maratón, se recuperó la idea de un bono transporte compartido y se anunció la pretensión de acciones conjuntas de carácter cultural, vinculadas a Óscar Esplá y al Dogma de la Asunción. De hecho, se avanzó que a finales de 2024 o principios de 2025 se celebraría en Alicante un concierto y una exposición del Misteri d’Elx. Nunca más se supo.
En mayo de 2024, sin los alcaldes presentes, se llevó a cabo una reunión sectorial, a la que acudieron los concejales responsables de Movilidad Urbana de ambos gobiernos. Fue para desvelar la intención de acercar Urbanova y Arenales a través de una senda ciclopeatonal, más que necesaria. Y se volvió a apostar, sin más avances, por el bono de transporte compartido.
Otro entorno
A mediados de julio de 2024, ambos alcaldes volvieron a coincidir para hablar de la relación entre sus ciudades. Fue en el Puerto de Alicante, en un evento impulsado por Uepal. Ahí se retomó el proyecto de una tarjeta de movilidad (se ultimaban, dijeron, los sistemas informáticos), aunque se siguió sin poner fecha. Y se habló de la redacción de un plan estratégico Alicante-Elche, un documento que a la política suele ser como las comisiones a las investigaciones: tiempo y recursos perdidos. Se fijó para el periodo 2025-2030. El primer año ya está a punto de llegar a su fin.
Por otro lado, se defendió la creación de una cátedra conjunta (o al menos coordinada) entre la UA y la UMH para captar conocimiento académico y análisis científico con el objetivo de desarrollar la alianza entre ambas ciudades. Además, se aseguró que estaba en estudio el sendero ciclopeatonal entre Urbanova y Arenales. Ahí también se desveló una estrategia conjunta en materia de congresos, que ésta sí cristalizó en marzo de 2025, con unas jornadas (de dos días) de reuniones compartidas con representantes del sector de turismo congresual.
Hace ahora casi un año, Barcala y Ruz volvieron a verse las caras dentro de su objetivo de impulsar el eje Alicante-Elche. Fue para presentar la maratón y poner, de manera definitiva (esperemos), fecha a la prueba. Ahí volvió a citarse el plan estratégico («se trabaja en él») y se confirmó que el anunciado bono compartido tenía que esperar, una vez más. Barcala, de hecho, tiró de veteranía e instó a su homólogo a no poner fecha a la entrada en vigor. Con todo, Ruz se aventuró: «Estará disponible en 2025».
Y así, entre promesas, avanza el mandato, que ya ha superado con creces su ecuador. Por ahora, los resultados del «eje» se limitan a dos reuniones sobre congresos y a una inminente maratón. Poco, parece, para todo lo que puede dar de sí la relación entre Alicante y Elche.
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