Cerca de la mitad de la población mundial universitaria ha tenido alguna ideación o conducta suicida. En concreto, tener una familia disfuncional en la infancia, donde se han producido abusos (ya sean sexuales, físicos o emocionales o abandono), multiplica por siete el riesgo de ideación o conducta suicida en la etapa universitaria. Asimismo, las personas transgénero que van a la universidad tienen 2,4 veces más riesgo de pensar en quitarse la vida que los estudiantes cisgénero. Es decir, los traumas en la infancia y ser trans están asociados fuertemente a esta realidad. Así lo revela un estudio liderado por el Institut de Recerca del Hospital del Mar de Barcelona, que ha puesto cifras a la prevalencia de las ideas suicidas entre jóvenes universitarios.
Es el mayor estudio hasta la fecha entre universitarios. En él han participado 73.000 estudiantes universitarios (la mayoría de primer año) de 71 universidades de 18 países, entre 2017 y 2023.
«Este es el primer trabajo que estudia, en detalle, la asociación entre la ideación y conducta suicida —que no la muerte por suicidio— y los estudiantes universitarios. No se había estudiado antes con tanto detalle. Además, vemos que los individuos con una familia disfuncional grave o con una psicopatología parental tienen siete veces más riesgo de ideación o conducta suicida que los que no», explica a EL PERIÓDICO el doctor Jordi Alonso, coordinador del Grupo de Investigación en Serveis Sanitaris del Institut de Recerca del Hospital del Mar.
Los individuos con una familia disfuncional tienen siete veces más riesgo de ideación o conducta suicida que los que no
La etapa universitaria y, en concreto, su inicio, es un momento de tensión y estrés emocional para los jóvenes. Los menores de 20 años son un colectivo en el que la ideación suicida se ha incrementado de forma significativa en los últimos años, por encima de la media del resto de la población.
Según el doctor Alonso, este estudio demuestra que existe un «elemento asociado a las adversidades infantiles, especialmente relacionado con la familia y con el abuso emocional», que podría ser una especie de «estrés tóxico» que «desregula la capacidad de respuesta de los niños cuando ya son mayores». Y este «estrés tóxico» va «más allá» de que tengan o no síntomas de depresión o ansiedad o abusos de sustancias.
Hasta un 26% lo planificaron
Las respuestas de los participantes que respondieron a la encuesta revelan que prácticamente la mitad (un 47%) habían pensado en el suicidio en algún momento de su vida. Hasta un 26% lo había planificado. El 10% había llegado a intentarlo. En el último año antes de responder al cuestionario, las cifras se situaban en el 30% de las personas que lo habían pensado, el 14% que lo habían planificado y el 2,3% que lo habían intentado. Estas cifras están muy por encima de las de la población general, pero los investigadores alertan de que, aunque van en la línea de lo que indican otros estudios, pueden ser superiores a las reales, debido a una sobreestimación de personas con ideación suicida entre quienes habían participado en la encuesta.
El estudio demuestra que existe un «elemento asociado a las adversidades infantiles» que podría ser una especie de «estrés tóxico» que «desregula la capacidad de respuesta de los niños cuando ya son mayores
«La exposición a abusos emocionales, abusos sexuales y abandono, sobre todo durante la infancia, está directamente relacionada con la ideación suicida y con la transición hacia la planificación y el intento de suicidio», destaca Philippe Mortier, investigador del Grupo de investigación en Servicios Sanitarios del Instituto de Investigación del Hospital del Mar. «Todos los factores conllevan riesgo, todos los eventos traumáticos, todos los trastornos mentales, sin excepción, conllevan un riesgo de ideación suicida e intentos suicidas», añade Mortier. Los resultados también indican la relevancia de tener progenitores con algún tipo de trastorno mental, lo que puede derivar en eventos traumáticos durante la infancia.
Más riesgo entre los trans
Otro de los factores que inciden en un incremento del riesgo de ideación suicida es la orientación de género. En el caso de los estudiantes transgénero, este riesgo es mucho más elevado: tienen 2,4 veces más riesgo de pensar en el suicidio que los estudiantes cisgénero y 3,6 veces más riesgo de intentarlo. Los investigadores destacan que se trata de un colectivo con mayor prevalencia de factores de riesgo, incluidos los sociales, conclusiones que pueden extenderse a todas las personas del colectivo LGTBIQ+. Por lo general, los predictores más fuertes son el abuso emocional, el trastorno depresivo severo y el trastorno bipolar.
«El maltrato ya sea sexual o emocional o por un contexto psicopatológico familiar tiene efectos desde muy temprana edad. Y después, lo que ocurre es que tiene un efecto sobre el desarrollo neuronal y también de las habilidades para regular el estrés, para afrontar situaciones que son estresantes y también para establecer relaciones saludables y tener patrones cognitivos bien adaptados. Esto es lo que hace que estas adversidades durante la niñez tienen este problema.
73.000 estudiantes de 71 universidades
El estudio ha contado con la participación de cerca de 73.000 estudiantes universitarios, la mayoría de primer año, de 71 universidades de 18 países, entre 2017 y 2023. Han participado jóvenes de Alemania, Arabia Saudí, Australia, Bélgica, Canadá, España, Francia, Kenia, Países Bajos, Rumanía, Sudáfrica, Suecia, Chile y China. A través del correo electrónico, se les invitó a participar en una encuesta diseñada para evaluar si habían pensado en el suicidio y habían intentado suicidarse, pero también para determinar si habían sufrido algún evento adverso o si sufrían algún tipo de trastorno mental. Este trabajo es el más importante llevado a cabo hasta ahora en este campo.
Teléfonos de atención ante el riesgo de suicidio
061 (Catsalut)
900 925 555 (Barcelona, gestionado por la Fundació Ajuda i Esperança)
024 (Línea de atención a la conducta suicida del Gobierno de España)
Estos servicios de atención telefónica para personas con pensamientos suicidas, ideaciones o riesgo de conducta suicida, así como para sus familiares y allegados, son confidenciales, gratuitos y están disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año.
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