El pasado curso fue uno de los más intensos para el polifacético actor Ivan Labanda. Empezó con ‘Turisme rural’, una comedia negra en la que no cantaba. Después protagonizó el rol de Billy Flinn, el abogado sin escrúpulos del musical ‘Chicago’, y el de un padre con problemas con una hija adolescente en ‘Tots els nens creixen’, el musical de Andreu Gallén que se testó en el Grec. Además de regresar a ‘Polònia’, ha sido elegido para protagonizar ‘Tootsie’ este otoño en el Teatro Apolo, un exigente papel en el que deberá desdoblarse en mujer. Charlamos con él en la histórica tienda de pelucas y postizos Marquès-Damaret de Barcelona, que se encarga de su transformación.
¿Cómo afronta el exigente rol en ‘Tootsie’?
Es un papelón. Soy muy fan de la película. Muchos filmes pierden, pero ‘Tootsie’ ha aguantado muy bien el paso del tiempo. El musical está muy bien escrito y adaptado. Tiene mucho ritmo y está lleno de ‘gags’. La música y las letras son difíciles pero muy bellas.
¿Es más teatro que música?
Es una ‘sitcom’ musical, con una manera de trabajar las escenas que recuerda a ‘Friends’ o a ‘The Office’. Es una obra más contenida que ‘La jaula de las locas’. Ambas juegan con el travestismo pero son radicalmente diferentes. Aunque son igual de divertidas, ‘Tootsie’ es más profunda.
La diferencia entre hombres y mujeres que aparece en el filme dio mucho que hablar en su día.
Hay mucho de reivindicación de la mujer, pero de forma amable y con humor. La gracia es que mi personaje es un actor a quien no contrata nadie y está tan desesperado que se disfraza de mujer y se presenta a un ‘casting’ femenino. Y no solo es elegido, sino que su rol en una serie, que en esta versión es un musical, triunfa y acaba enamorando a todos los que tiene a su alrededor.
Entrevista con Ivan Labanda, que la próxima temporada protagonizará ‘Tootsie’. / MANU MITRU / EPC
Y le empiezan a salir pretendientes.
Al final es la historia de alguien que no ve salida a su vida y recurre a la forma para mostrar todo lo que lleva dentro. Pero ‘Tootsie’ habla de muchas cosas, entre ellas de cómo el éxito te puede devorar.
¿Cómo ha de ser la peluca ideal para esa transformación en el personaje de Tootsie?
Lo único que pido es que me lo pongan fácil y que me dejen guapa. Confío en el equipo que se encarga de la caracterización porque es gente con experiencia. En ‘Tootsie’ hay cambios de vestuario constantes y es importante contar con diseños que sean fáciles de quitar y poner, ¡y que aguanten!
El doblaje ha sido otra de sus constantes. Desde los 19 años ha dado voz a un montón de personajes. Ha sido Thor y Mario Bros, entre muchos otros.
Me hace gracia, porque he doblado a Lex Luthor, el villano en el último ‘Superman’. Resulta que doblo a los buenos de los personajes de Marvel, como Thor y Spiderman, pero hago a los malos de la factoría DC, donde además de Luthor he sido Enigma en una película de Batman. Los actores que doblo más asiduamente son Andrew Garfield, Paul Dano, Ryan Gosling… No hago tanto doblaje pero sí cosas con mucho renombre. Tengo la suerte de doblar a gente muy potente que aparece en grandes producciones.
¿Les ha conocido personalmente?
No. Me crucé en Londres con Ben Whishaw, otro actor al que suelo doblar, pero no me atreví a pararle y decirle: «Hola, soy tu voz en España». Lo mismo me pasó en Hollywood cuando fui a la ceremonia de los Oscar con ‘Robot Dreams’. Me explotó la cabeza al ver allí a todas las personas que doblo en una misma sala.

Entrevista con Ivan Labanda, que la próxima temporada protagonizará ‘Tootsie’. / MANU MITRU / EPC
La animación española ha llegado muy lejos para lo poco que se produce en este país.
Aquí hay mucho talento, muchas voces e historias que explicar. No todo ha de ser ‘Tadeo Jones’ y cosas comerciales que ya tienen salida. ‘Robot Dreams’ es una película de autor que ha tenido un recorrido estelar que ningún otro filme de animación español ha logrado: lo ha ganado todo a nivel europeo y ha llegado a los Oscar. Talento tenemos. ¿Qué falta? Medios, tiempo y dinero.
¿Cómo logra hacer tantas cosas? ¿Sus días tienen más de 24 horas?
Confieso que a veces pienso que no llegaré a todo. Pero es cuestión de organizarse. En temporada suelo empezar muy pronto. Me levanto a las 5 de la mañana o antes para ir a grabar ‘Polònia’, por ejemplo. Después voy a hacer un doblaje o el ensayo de una obra o una locución. Y luego al teatro a hacer la función. Cuando llego a casa de noche toca todo el trabajo de oficina: responder ‘mails’, organizar el resto de la semana, gestionar las cosas de la casa y también los nuevos proyectos… Entonces me pongo en modo productor para planificar y optimizar al máximo.
¿Es hiperactivo?
No, pero me va la macha. Me encanta disfrutar del abanico de posibilidades que me ofrece mi profesión. No puedo evitar meterme hasta la médula y darlo todo cuando trabajo. Me implico mucho. La clave para llegar a todo es ser disciplinado y organizado. Llevo un productor muy exigente dentro.
¿Intuía que su camino profesional sería así cuando empezó?
Para nada. Cuando tenía 12 años hice el espectáculo ‘Nou Memory’ en el Tívoli. Fue mi primer contacto con las artes escénicas y tuve claro que me dedicaría a esto. Aquello me flipó. Ese año lo suspendí todo. Ahora mi objetivo es dirigir. Disfruto más detrás de la escena que delante. Como director puedes mostrar más tu punto de vista y transmitir aquello que quieres decir a través de otros actores. Tener experiencia como intérprete ayuda porque entiendes mejor a los actores. Para mí es un paso lógico.

Entrevista con Ivan Labanda, que la próxima temporada protagonizará ‘Tootsie’. / MANU MITRU / EPC
Es que usted no para.
¡Doy gracias por cómo me va todo! Esta profesión es una carrera de fondo y conviene tener los pies en el suelo.
Si le dan a elegir, ¿qué obra llevaría a escena?
Un Shakespeare. Pero mi cabeza piensa en imágenes. Estoy más orientado a dirigir en el terreno audiovisual que en el teatro. Cuando trabajo sobre las tablas y dirijo me paso el rato decodificando las imágenes que imagino en película. El teatro, el medio donde he crecido, me exige mucho más a la hora de trasladar algo a escena.
Curioso.
De todo lo que he hecho hasta ahora como director, de lo que me siento más orgulloso es de ‘Lobo’, un videoclip que dirigí para Elena Gadel, que trata sobre la violencia de género, un tema duro que llevé a mi imaginario tras escuchar la canción. Fue uno de los momentos en los que pensé: «Esto es lo tuyo».
¿Cómo aprendió?
Soy bastante autodidacta. En realidad solo estuve dos años en la escuela Memory de teatro musical, porque en seguida empecé a trabajar y no he parado. ¡Toco madera! Ahora llevo más de 30 años en el mundo espectáculo. He pasado de ser el más joven de las compañías a ser de los mayores. Menos mal que el brillo de los ojos perdura.
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