Otro derbi, otra batalla. La primera fue para el Obradoiro y la segunda para un Leyma intenso, territorial, humano y duro (83-72). Aquí hay y habrá mucha guerra. Una versión superlativa de un jugón como Jorgensen, el liderazgo de Yoakin Mencía en el último tramo de partido y la metamorfosis del equipo naranja tras el descanso le sirvieron para remontar y para doblegar a un equipo santiagués respondón, también apagado en el ocaso del duelo. El Coliseum celebró el triunfo en un partido que parecía cualquier cosa menos un amistoso. Bienvenidos sean los derbis, también una final de la Copa Galicia. Esta noche del sábado, también en A Coruña, el Breogán será el rival de los coruñeses tras superar con facilidad al COB (108-75) en la otra semifinal.
Si alguien esperaba un poco de relajación por ser pretemporada, porque las piernas aún pesan, pronto se encargaron Leyma y Obradoiro de borrar cualquier atisbo de pachanga. Olía a derbi, a puente aéreo durante el verano. La primera posesión ya fue un tapón de Barrueta, en la segunda y la tercera de ambos sonó la bocina de final de posesión. Poca broma. Más claro quedó cuando el cubano se levantó para clavar el primer triple de la noche. 0-3. De ahí al 3-10, con un Obradoiro entonado, con Westermann al mando y con un Leyma un tanto perdido y errático. Ni corría, ni atinaba con el aro. Carles Marco se apresuró a pedir un tiempo muerto que funcionó de entrada, aunque luego el equipo se volvió a diluir. Solo Jorgensen y Bronovic tenían entonces puntos en las manos. Anotaban casi todos los ex del Leyma que lucía Obradoiro. Hasta Huskic se sacó una de sus asistentes marca de la casa para rescatar la nostalgia. 14-23.
Yoakin Mencia entra a canasta. / | Casteleiro/Roller Agencia
El segundo cuarto tampoco empezó con buena perspectiva para los coruñeses. Llegó incluso a instalarse un 17-30 en el marcador con un triple de Barcello. El equipo naranja, un poco más duro y a trompicones, fue recortando con un 8-0 de parcial que incluyó un festival de Jorgensen, al que se intuye muñeca y conexión con la grada. Por fin una ilusión. El Obradoiro, atascado, se fue recomponiendo ante el empuje del Leyma, apoyado también en los raquíticos porcentajes del equipo local que, prácticamente, solo tenía un par de fuentes de anotación. El grupo santiagués amagó con volver a escaparse, pero un triple de Carlos Varela cerró la primera parte con un 31-37 que incomodaba al Leyma, pero que al menos le dejaba metido en el partido. Bastante era cuando los naranjas estaban por debajo del 20% en triples y ni siquiera en el 30% en tiros de dos. Un auténtico agujero negro.
Fue tal la metamorfosis tras el paso por el vestuario que logró en el tercer cuarto más puntos que en toda la primera parte. 32 por 31. El equipo coruñés se comió al Obradoiro por intensidad, por ritmo, por percutir y por acierto, claro. Y ahí sobresalió un Jorgensen que se plantó ya entonces en los 19 puntos. Eso sí, ya estuvo mejor secundado por Diop, Carlos Varela, Didac Cuevas, Thiam… También por la fortaleza de su defensa y el poderío de su rebote ofensivo. Todo era mucho más fácil y así se fraguó un parcial de 32-16 que dejó el marcador en un 63-53 inquietante para los compostelanos.
Quien diese por hecho que el Obradoiro había entregado la cuchara también se equivocaba. Salió a pista en el último cuarto con un 0-5 de parcial. Pero el Leyma ya era otro equipo y contaba con otro guía anotador disponible. Se trata de Yoakin Mencía, quien ha venido para ser importante en el proyecto y en ese último tramo lo fue. Sustento anotador, asistente de Thiam. Todos estaban enchufados, Jorgensen ya no se sentía tan solo. El equipo de Diego Epifanio, con Lundqvist entonado y con un Barrueta hipermotivado, no se rendía. Aun así, tampoco le llegaba. Una canasta del propio Mencía tras una recuperación en la línea de fondo y un triple de Guillem Jou acabaron de un hundir al Obradoiro (83-72). El Coliseum es territorio del Leyma, la victoria también es suya.