más de 100 sellos para diferenciar cada etiqueta

Uno de los grandes tópicos del sector del vino es la ‘dificultad’ que supone adentrarse en este mundo de una de las bebidas más antiguas de la humanidad. Decenas de variedades de uva y, durante las últimas décadas, cientos (miles si lo extendemos al ámbito internacional) de denominaciones e indicaciones geográficas que hacen referencia al origen del producto como uno de los argumentos a la hora de decantarnos por una u otra botella. Generaciones anteriores se limitaban a clasificar los vinos a partir de un pequeño puñado de variedades de uva (Tempranillo, Monastrell, Verdejo, Macabeo o Albariño) y apenas tres o cuatro zonas vitivinícolas (lo que se conocía como las tres erres: Rioja, Ribera y Rueda). Aunque algo más lioso, pero afortunadamente para el sector, hoy el aficionado del vino tiene cientos de opciones para elegir un tipo u otro de vino en función del varietal y la zona de procedencia.

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