Madrugada del domingo en Agüimes. Un motorista, de 49 años, circula por la GC-191 en dirección a Arinaga con la intención de visitar a un familiar. Pero nunca llega a su destino. Antes de emprender la bajada hacia el polígono, un conductor sin carné lo arrolla por detrás y arrastra 700 metros en los bajos del vehículo, choca contra un semáforo y vuelve a atropellarlo para emprender la huida. El presunto autor, sin vinculación alguna con la víctima, estuvo cuatro días fugado, hasta el jueves por la noche, cuando el Grupo de Investigación de la Agrupación de Tráfico de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Palmas lo localizó, gracias a la colaboración ciudadana y, sobre todo, a la familia del motorista.
Los hechos ocurrieron en el punto kilométrico 7 de la GC-191, en el municipio de Agüimes, antes de la bajada a Arinaga. Varios testigos alertaron al 112 a la 1.40 horas después de que un turismo —un Toyota Corolla verde metalizado— se llevara por delante a un motorista que quedó enganchado en los bajos del vehículo y agarrado al tren trasero del tubo de escape. Pese al impacto, el conductor —que carece de carné y cuenta con antecedentes contra la seguridad vial— no se detuvo. Al contrario: arrastró 700 metros a la víctima, hasta que chocó contra un semáforo.
Y ahí llega la segunda parte del brutal siniestro. El ahora investigado dio marcha atrás para huir a toda velocidad, momento en que volvió a pasar por encima al motorista, al que dejó malherido tirado en la calzada. El afectado fue trasladado en estado crítico al Hospital Insular, donde permanece ingresado a la espera de ser intervenido quirúrgicamente. Tiene las manos quemadas por agarrarse a ese tubo de escape —clave en la investigación—, politraumatismos, costillas rotas y el pulmón e hígado afectados.
Mientras los médicos luchaban por mantenerlo con vida, la Guardia Civil y la familia pusieron en marcha la operación para cazar al conductor fugado. La cooperación entre los agentes de Tráfico y los allegados fue fundamental para dar con el individuo, que durante cuatro días permaneció oculto, tras esconder su coche en la finca de unos familiares.
Los agentes contaban con tres datos fundamentales: la marca y color del turismo —ese Toyota Corolla verde—, con un golpe en la parte delantera y con un tubo de escape nuevo, todavía con el acero impoluto. Ese detalle en el que el herido se fijó cuando lo arrolló fue determinante para ir descartando turismos de la misma marca.
Colaboración ciudadana
Al mismo tiempo, la familia pidió colaboración ciudadana a través de las redes sociales. Y el milagro —o la ayuda— llegó el jueves por la tarde, cuando una pista los llevó a una finca de Agüimes. Allí se ocultaba el turismo.
«A través de la puerta vimos un Toyota verde con el parachoques caído. Llamamos de inmediato a la Guardia Civil y, cuando llegaron los agentes de Tráfico con las piezas, confirmaron que era el coche del atropello. Tenía todavía trozos de guante pegados al tubo de escape», explican a LA PROVINCIA/Diario de Las Palmas los familiares, que agradecen toda la colaboración recibida a través de las redes sociales: «Gracias a esa pista lo encontramos».
La finca donde se escondía el Toyota pertenece a un allegado al dueño del coche y presunto autor, un hombre de 40 años al que la Guardia Civil investiga por los presuntos delitos de abandono del lugar del accidente y lesiones.
El motivo del atropello —e incluso ensañamiento— sigue siendo una incógnita. «Hubo muchos testigos que le tocaron la pita, que le dieron las largas… Se tuvo que dar cuenta, tuvo que notar el golpe… No sabemos cómo ha podido dormir cuatro días, pero al menos ahora ya lo han cogido», respira aliviada la familia, que subraya: «Gracias a la gente que ayudó, que nos escribió. Él casi lo mata, y esto podía haberle pasado a cualquier otra persona». Aunque será un proceso largo, la víctima se recupera en el hospital.













