Cuando Álvaro Bustos y Ekain solo necesitaron un minuto para adelantar al Real Murcia en el marcador, todos pensamos que este Real Murcia es diferente, y la diferencia está en los jugadores diferenciales. Posiblemente pocos recuerden la última vez que un extremo zurdo dio una asistencia de gol. A lo mejor hay que retroceder incluso varias temporadas. Posiblemente muchos pensaron que con Ekain se van a divertir y mucho y que con Bustos celebrar goles es más sencillo.
Pero cuando a la media hora el exmurcianista Rodri Ríos puso el empate a uno en el marcador, muchos temieron que este Real Murcia acabe siendo el mismo del pasado curso. Un Real Murcia que pasó de poder ir ganando 0-3 al cuarto de hora a dar un paso atrás, olvidándose de combinar y dando una muestra más de que no se ha aprovechado el mercado de fichajes para elevar la calidad de la defensa, una defensa prácticamente idéntica a la de la temporada pasada, una defensa que a las primeras de cambio Saveljich quedó señalado y una defensa en la que Cristo Romero, la única novedad, dejó una de cal y otra de arena.
Deberá prestar especial atención Etxeberria en lo poco que le duró el combustible a los suyos. Es verdad que estamos solo en la jornada una, y también es cierto que varios de los fichajes están todavía a medio gas, pero pocos entendieron que un Real Murcia llamado a hacer temblar a las defensas rivales, se tirara una segunda parte entera sin hacer cosquillas a Manu García.
Porque no solo se relajó el Real Murcia permitiendo el empate de Rodri Ríos. Es que tras el 1-1 nunca se vio una verdadera reacción, hasta el punto de que el segundo tiempo, con un equipo local conformándose con lo conseguido, fue aburridísimo, por no decir decepcionante. El equipo que promete vértigo fue demasiado plano, no encontrando ni a Ekain ni a Schalk, su sustituto en la segunda parte.
Un Real Murcia que recibió una dosis de realidad en el 84 cuando se llevó el palo que nadie esperaba. Porque Gazzaniga, el salvador tantas veces, se convirtió este lunes en verdugo. Con un fallo inexplicable se comió una falta lanzada por Eugeni.
Los sustos de Etxeberria
Ha dicho muchas veces Etxeberria este verano que la valentía se paga. El mismo viernes decía que «somos conscientes de que alguna vez tendremos un susto». Entiende el técnico grana que ser valiente y mirar arriba puede condicionar la defensa. Pero nadie esperaba que el susto fuera tan gordo como el recibido este lunes.
Porque el Real Murcia, que en el minuto 2 ya se había adelantado con un gol de Ekain a pase de Álvaro Bustos, y que al cuarto de hora ya había acumulado hasta tres clarísimas, siendo el dueño y señor del encuentro, fue el mismo Real Murcia al que el Marbella, o mejor dicho Rodri Ríos, hizo daño casi a las primeras de cambio.
La ley del ex
No lo pudo conseguir el exmurcianista a la primera, donde Cristo Romero apareció como un ciclón para evitar el remate del delantero; pero sí lo logró tras un gran centro de Ohemeng, un centro que dejaba muy señalado a Saveljich, muy blando en la marca del ‘9’ marbellí.
Lo que nadie puede negar es que la primera parte fue divertida. Se gustó el Real Murcia en el primer cuarto de hora, donde Álvaro Bustos y Ekain demostraron que han llegado para hacer crecer a la plantilla; lo que no cambió fue la garra de Pedro Benito, titular por la derecha, y también se repitió cromos en el centro del campo con Isi Gómez y Palmberg. Todas las miradas estaban puestas en la delantera. A la espera de Flakus, Etxeberria no tenía un delantero titular, aunque muchos pensaban que Cadorini tendría su oportunidad. Sin embargo en el once no apareció en el once, porque en el once estaba el canterano Seyram.
Pocas conclusiones se pueden sacar del trabajo del africano, al que se vio poco, pese a estrellar un balón en el palo en el minuto 9. Era Ekain el que conducía el ataque grana a la espera de que Moyita salga de la enfermería.
Demasiado efervescente
Pero las buenas sensaciones del Real Murcia duraron muy poco. En un déjà vu, o el Real Murcia se dejó llevar o al Real Murcia le pesaron las piernas, porque pasados los veinte minutos la claridad ofensiva desapareció, empezando a sufrir ante un Marbella que empezaba a encontrar espacios. Aunque hasta así logró el equipo grana pisar área. Generó peligro en una jugada a balón parado en la que se vio la libreta de Etxeberria y también en un disparo de Bustos que sacó Manu García.
Al descanso se fueron los equipos con la sensación de que el Marbella estaba más cerca del gol. De hecho en el 47 la defensa grana tuvo que sacar las garras para evitar el segundo de Rodri Ríos después de una acción en la que Cristo Romero hizo que aparecieran los fantasmas en la banda izquierda.
Comenzó el Real Murcia la segunda parte mirando otra vez arriba, aunque sin generar el vértigo que sorprendió al Marbella en el inicio del partido. Apostaba esta vez Etxeberria por tener el control, pero siempre desde la calma, lo que evitó que los granas se asomaran al balcón del área defendida por Manu García, quedando en un segundo plano futbolistas como Ekain y Bustos.
Apagón de 45 minutos
Entre la calma del Real Murcia y el conformismo de los locales, la emoción en el césped fue desapareciendo. Intentó agitar el técnico grana a los suyos con la entrada de Schalk, que mandaba al banquillo a Seyram. El segundo cambio fue más por precaución. Cristo Romero, con amarilla, dejaba su sitio a un Jorge Mier que, por segunda temporada, va a tener que reinventarse como lateral izquierdo al decidir Asier Goiria no firmar a un segundo jugador para esa posición. Solo seis minutos después Cadorini saltaba al terreno juego en lugar de Ekain.
Insistía el Real Murcia en la presión, con Pedro Benito y Cadorini poniendo en aprieto la salida de balón de los locales, pero le faltaba a los granas combinar, salir desde atrás, tener paciencia y encerrar a los marbellís. Y así el partido iba cayendo en intensidad y el reloj corriendo agotando las esperanzas de victoria para los de Etxeberria. De hecho, los cambios, a los que en el 80 se sumaron Zeka y Pedro León -entraron en lugar de Bustos y Benito-, no aportaron nada positivo, y en la última media hora Manu García apenas tuvo trabajo.
No parecía que el 1-1 fuese a moverse en el marcador. El Marbella llevaba muchos minutos conformándose con el punto, mientras que a los granas se les había apagado la luz incluso antes del descanso. Lo que nadie esperaba es lo que ocurrió en el minuto 84. Por lo que nadie hubiera apostado es por un error garrafal de Gazzaniga, un error que permitió a Eugeni poner el 2-1 tras un saque de falta que no supo blocar el meta grana.
Al final debut con derrota de un Real Murcia que, quitando el cuarto de hora inicial, fue un casos durante muchos instantes. Perdido sobre todo en el segundo tiempo, condenado por un error de Gazzaniga y sin ninguna capacidad de reacción.