Gwyneth Paltrow
Junto a Reese Witherspoon y Matthew McConaughey, Gwyneth Paltrow (Los Ángeles, 52 años) es una de las estrellas de Hollywood con el nombre más complicado de escribir para el español medio. Y acaban de sacarle una biografía no autorizada de la que seguro se siente muy orgullosa.
Actriz de prestigio internacional, hace tiempo que se convirtió en una de las mujeres más pijas de California. Hija del productor y director Bruce Paltrow y de la actriz Blythe Danner, y ahijada del mismísimo Steven Spielberg, la intérprete tocó el cielo de la industria cinematográfica cuando le dieron el Oscar por Shakespeare In Love. Antes, la conocimos en Seven, película en la que su personaje no puede acabar peor, y también destacó en Emma, Grandes esperanzas, Un crimen perfecto y El talento de Mr. Ripley. Además, sorprendió para bien en Amor ciego y Austin Powers y el miembro de oro. Eran los noventa y primeros años del nuevo milenio, su mejor momento. La muerte de su padre en 2002 puso fin a todo aquello.
Para empezar, la autora de sus presuntas memorias, Amy Odell, cuenta que se casó un año después con el cantante de Coldplay, Chris Martin, en pleno duelo y que nunca congeniaron. Con él tuvo dos retoños y se apartó bastante de la interpretación, aunque nunca la abandonó.
De vez en cuando aparecía de nuevo en pantalla, como en la serie musical Glee o a través del personaje Pepper Potts en Iron Man y Avengers.
Otras cosas fueron surgiendo en la vida de Paltrow, que de joven fue estudiante de intercambio en Talavera de la Reina (Toledo) —chapurrea el castellano siempre que puede para demostrarlo—. En 2008 fundó su propia empresa de estilo de vida, Goop, que le ha costado más de un problema con la justicia por forrarse a costa de vender productos para la vagina bastante cuestionables.
Pensarán que me refiero a la vela de 75 dólares que se comercializó con el nombre This Smells Like My Vagina (‘Esto huele como mi vagina’). No fue más que una manera de viralizar el producto que, por cierto, funcionó. Realmente, la vela estaba compuesta (ya no se vende en la web) por notas de geranio, bergamota cítrica, rosa damascena, cedro y semilla de ambreta.
Lo que sí le llevó a los tribunales fueron los huevos de jade. Son muy bonitos para decorar, pero su utilidad para introducirlos por la entrepierna ya es otro cantar. Según Goop, los huevos ayudan a regular las hormonas, el ciclo menstrual, prevenir el prolapso uterino y aumentar el control de la vejiga. El resultado fueron 145.000 euros de multa por publicidad engañosa. No prueben esto en casa.
Paltrow también promovió tratamientos de vaporización vaginal y hasta un dispositivo de enema de café. Insisto en que no hagan nada de esto ni en el baño ni en ninguna otra parte.
No puedo evitar pensar que la actriz-empresaria se ha convertido en un cliché. Su matrimonio con Chris Martin terminó haciendo aguas y lo anunció a su manera, envolviendo la ruptura en ese aura de estupidez supina: habló de conscious uncoupling («desparejamiento consciente»). Algo así como «nos queremos mucho, pero mejor separados» de toda la vida, pero para pijos. Lo anunció en la web de Goop a través de un comunicado con declaraciones de dos doctores. Dan ganas de encender una de sus velas y tirarse por el balcón.
Poco después se enamoró de nuevo y se volvió a casar. Cameron Díaz organizó su despedida de soltera en México y entre las invitadas estaban Stella McCartney, Drew Barrymore, Kate Hudson y Reese Witherspoon. Díganme que no podrían haber aprovechado para grabar una nueva película de Sexo en Nueva York en donde la trama girara en torno al robo de un par de huevos de jade. Adivinen dónde acaban apareciendo.