La futbolista avilesina Laura Díaz González, apasionada seguidora del Real Oviedo, comenzó la pasada temporada a enviar desde Hong Kong sus análisis sobre la evolución del equipo azul para la edición «Asturias Exterior» de LA NUEVA ESPAÑA. Con su sección «Lo más lejos a tu lado» debutó como cronista oviedista justo en la temporada del sueño, del regreso a Primera. En China estudió Relaciones Internacionales y ahora emprende una nueva etapa laboral desde Bruselas. Vuelve el Oviedo a Primera y vuelven las crónicas de Laura a «Asturias Exterior» pero esta vez desde la capital belga, a la que está a punto de trasladarse. Ella, que pertenece a la llamada «generación del barro», que acompañó al Oviedo en sus peores momentos, contará cómo es medirse con los mejores del fútbol español.
Van un egipcio, un uruguayo y un belga y… parece el inicio de un chiste ¿no? Pues a la defensa de la Real Sociedad el pasado domingo, más que gracia, este trío le dio auténticos quebraderos de cabeza. Y es que, tan solo seis días después de que el Nuevo Carlos Tartiere se vistiera de gala en su vuelta a la máxima categoría del fútbol español para recibir al Real Madrid, el esférico rodaba de nuevo en la capital del Principado en una de esas tardes que se convertirá en efeméride: 24 años 2 meses y 13 días después el Tartiere volvía a abrazarse para celebrar un gol de su equipo en Primera División.
Por poner el dato en contexto, cuando “El Príncipe” marcaba aquel fatídico 17 de junio de 2001 en Son Moix el que, hasta este fin de semana, fuera el último gol en la élite, yo tenía apenas 4 meses; y, por fin, dos décadas después puedo decir que viví (aunque se hiciera de rogar) la euforia de celebrar un gol en el Tartiere, en casa y con mi gente.
Porque sí, podemos ser “provincianos” para algunos, pero aquí tenemos el privilegio de disfrutar de una ciudad con más iglesias que croquetas tiene el menú del día en Madrid, de un paisaje que te obliga a frenar el coche para admirar las montañas, y de un equipo que no entiende de modas, sino de orgullo, valor y garra.
El “provinciano” en cifras:
-El orgullo de no haber abandonado: 12.700 abonados en Tercera División.
-Más de 60.000 acciones vendidas en ocho días y 750.000€ recaudados para salvar el club de la desaparición en 2012, movilizando seguidores de más de 60 países.
-26.400 abonados, récord histórico de un club de fútbol asturiano en cualquier categoría.
Porque en nuestra provincia cabe todo: la memoria centenaria, los goles que regresan tras 24 años y una afición que hace de lo cotidiano una celebración. Y si eso es “provinciano”, entonces brindemos por serlo con la misma naturalidad con la que se descorcha una sidra en la previa.
Con un punto de nueve posibles, el Real Oviedo afronta el parón de selecciones con la tranquilidad de haber conseguido ya su primera victoria en Primera División, pero también con la consciencia de que el verdadero desafío apenas está comenzando. Los primeros tres partidos han servido para calibrar el nivel del equipo, identificar las fortalezas y debilidades, y confirmar que, con trabajo, paciencia y el apoyo incondicional de la afición, el sueño de mantenerse en la élite no es una utopía.
El siguiente partido ya me tocará vivirlo desde la distancia, pero sabiendo que sin importar donde esté “lo más lejos, a tu lado”…