Entre hoy y (quizás) mañana

Vista del humo del incendio, a 26 de agosto de 2025, en Turbeo, Lugo, Galicia (España). Las condiciones parecen mejorar en la provincia de Lugo, especialmente azotada estos días por la ola de incendios que arrasa Galicia desde hace dos semanas. / Adrián Irago – Europa Press

Se acaba un mes de agosto que nos ha dejado la ola de calor más larga y tórrida que se recuerda y los peores incendios con miles de evacuados en Galicia, Extremadura y Castilla y León. Media España se derretía mientras gentes esforzadas combatían el fuego en condiciones extremas, algunos hasta perdían la vida mientras otros veían arder sus hogares, animales, bosques y cultivos. Durante este mes Putin ha engañado otra vez a Trump en Alaska y Netanyahu ha puesto en marcha planes para matar aún más palestinos mientras asesina a los periodistas que lo cuentan. Me resultan insoportables las escenas de niños famélicos en Gaza. Y muchos inmigrantes han aprovechado el buen estado de la mar para arribar (o morir en el intento) hasta las costas de Canarias -y últimamente también de Baleares en una ruta argelina que crece a buen ritmo- alimentando la xenofobia de políticos populistas que vociferan mensajes simplistas de identidades y economías amenazadas. El precio en términos de racismo, segregación y polarización social, por no hablar de pensiones, debe parecerles un “daño colateral” asumible. No defiendo una inmigración descontrolada porque es incompatible con el estado de bienestar que disfrutamos pero me parece muy estúpido demonizarla.

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