El mendigo turista

La pobreza y la mendicidad son dos cosas distintas aunque compartan, en algunos casos, la falta de dinero para vivir. Escribo sobre mendicidad sorprendido por el mendigo turista que pedía este verano con su camiseta, su pantalón corto, sus calcetines, sus sandalias, su mochila y su cara colorada. Dudo que sea un buen argumento para la conmiseración: a los residentes no les gustan mucho los turistas, a los comerciantes lo que les gusta es su dinero y los turistas prefieren las ciudades sin mendigos. Seguramente pide por turismo no por pobreza.

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