Algo más que una dirección, algo más que un lugar en mi ciudad, algo más que parte de la infraestructura urbana.
Era algo mas.
Con este comienzo, quizá no, seguro que no, nadie sabe a qué me refiero.
Se trata de la Rambla de Méndez Núñez de Alicante.
Era el lugar de mi padre.
En la Rambla tuvo sus dos despachos, primero en el número dieciocho y después en el número cuarenta.
Era agente de la propiedad inmobiliaria, con tres generaciones en la profesión a sus espaldas.
Persona muy conocida en nuestra ciudad desde mil novecientos sesenta, no solo por su profesión sino por su carácter tan sociable y muy bromista.
El despacho era su vida, conocía a la perfección su profesión desde muy joven, por no decir desde que era casi un niño, no solo porque aprendía de las enseñanzas de su padre y de su abuelo, sino porque estudió y se esforzó para disponer de su correspondiente titulo oficial de agente de la propiedad inmobiliaria (A.P.I.).
No solo formalizaba tratos, sino que además aconsejaba y ayudaba a la gente.
Es curioso cómo al cabo de los años alguien te lo recuerda al hablar de él, mencionando la generosidad y apoyo que de él recibieron.
Con el amor de su vida, a la que conoció en su juventud, compartió la friolera de sesenta y cuatro años de casados.
Enamorado de su belleza natural, apreciable tanto en su rostro como en su alma, dedicó su vida por y para ella, desviviéndose por los tres hijos que educó.
Era muy amigo de sus amigos, y una persona muy casera y familiar.
Le gustaban con locura los aperitivos y disfrutaba mucho, muchísimo, invitando a las personas a participar a su mesa.
Apasionado de los dos deportes clásicos de la época: la caza y la pesca, practicaba intensamente los dos, lo que le permitió ampliar su abanico de amistades entre las personas que compartían esta misma afición.
Carmelo Ruiz Blay era una institución no solo en su profesión sino en el entorno en el que se movió.
Cuando paso por la Rambla, creo que te voy a encontrar, que te voy a llamar y que te voy a saludar.
Para mí, la Rambla representa el recuerdo de mi padre, era su lugar, el entorno donde estuvo durante mucho tiempo.
Ahora solo es lo que represento: la evocación y el recuerdo de mi padre.