Para evitar la escalada de precios durante la crisis energética, el Gobierno decidió en septiembre de 2021 intervenir la tarifa de último recurso de gas natural (TUR, en la jerga energética), lo que la llevó a ser la más barata del mercado y duplicó su contratación hasta los 3 millones de clientes. En el primer semestre de 2024, tras el descenso de los precios, el Gobierno puso fin a esta ayuda, pero aun así sigue siendo la tarifa más asequible, según el último informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), encargada de supervisar este mercado.
La TUR es la tarifa regulada del mercado de gas, que pueden contratar cualquier usuario doméstico, incluso aquellos con calefacción central, aunque solo pueden hacerlo a través de cuatro empresas. Estas son Baser, Comercializadora Regulada, Gas & Power (Grupo Naturgy), Curenergia (Grupo Iberdrola) y Energía XXI (Grupo Endesa). Y la diferencia de precios con el resto de tarifas del mercado puede llevar a un consumidor a pagar hasta el doble de dinero en su factura anual.
Sin embargo, a pesar de ser barata y accesible, no es la opción dominante, pues solo 4 de cada 10 consumidores de gas tienen contratado así su suministro, según los últimos datos disponibles, data de finales de 2024.
Coste de la materia prima
La principal característica de la TUR es que se rige por las reglas que fija el Gobierno, quien la revisa cada tres meses (a principios de enero, abril, julio y octubre), en función de la evolución del coste de la materia prima, al que suma los peajes de acceso y los costes de comercialización. Mientras que las ofertas del mercado libre dependen del acuerdo que firme el usuario con su comercializadora y en la mayoría de los casos se mantiene el mismo precio durante todo un año.
Es precisamente la fórmula que se utiliza para calcular el coste de la materia prima el motivo principal de que la tarifa regulada sea más económica que las ofertas del mercado libre, pues la tarifa de último recurso vincula este coste a la cotización del petróleo (barril Brent y mercado inglés NBP) y no al precio del gas natural, según la CNMC. Esto impide que el resto de las empresas –del mercado libre– puedan ofrecer un precio tan competitivo como el de la tarifa regulada, porque en su caso deben tomar como referencia el precio de cotización del gas.
De hecho, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) propone en el citado informe revisar el criterio con el que se calcula el coste de la materia prima para utilizar referencias de precio del gas en el mercado español con diferentes plazos, en sustitución del precio del petróleo. Además, el ‘superregulador’ sugiere introducir en la fórmula actual algunos costes derivados de la seguridad de suministro o las aportaciones al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), que ahora se omiten.
Hasta 400 euros de diferencia
Aquellos usuarios con gas natural para el agua caliente y la calefacción que hayan contratado la TUR en abril de 2025 pagarán unos 400 euros al año, mientras que el resto de ofertas del mercado les llevarán a pagar entre 535 y 800 euros, según un análisis realizado por la CNMC. A pesar de esta diferencia, la TUR no parece ser la opción más atractiva, pues solo 3,1 millones de consumidores se benefician de ella. Son pocos si se tiene en cuenta el total del mercado (unos 8,1 millones de consumidores), pero son el doble de los que había tres años antes.
El gran trasvase en la contratación de la TUR se produjo a partir del último trimestre de 2022, después de que el Gobierno decidiera limitar el incremento del coste de la materia prima incluido en la tarifa de último recurso para evitar una subida de las facturas domésticas en plena crisis energética. Entonces, la TUR pasó de 1,5 millones de clientes en diciembre de 2021 a 3 millones en diciembre de 2023. Después del invierno pasado, tras el fin de la subvención pública y el descenso de los precios, el trasvase de clientes a la tarifa regulada se ralentizó notablemente, con un alza de apenas unos 93.500 clientes en 2024, hasta alcanzar un acumulado de 3,1 millones, lo que supone el 39% del total.
Todos los consumidores domésticos pueden contratar la TUR, aunque hay distintos tipos de oferta en función de su consumo. Aquellos hogares que utilizan el gas natural para cocinar o calentar agua y, por tanto, consumen menos de 5.000 kilovatios-hora (kWh) al año pueden contratar la TUR 1, mientras que las viviendas que además de agua caliente y cocina tienen calefacción de gas natural (demandan entre 5.000 y 15.000 kWh) pueden contratar la TU2. Por encima de esas cantidades y hasta los 50.000 kWh aplica la TUR 3, para hogares con gran consumo o negocio, mientras que las comunidades de vecinos (consumo entre los 50.000 kWh y los 300.000 kWh) pueden beneficiarse de la TUR 4.
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