Ni todos los terremotos dan lugar a un tsunami ni todos los tsunamis requieren un terremoto para activarse. Aunque la imagen que muchos tienen en mente es la de una gran ola sucediendo a un fuerte sismo en el mar, la realidad es más compleja que esto. Y es que, según explican los expertos, para que se dispare un tsunami deben alinearse condiciones muy específicas que provoquen ese descomunal desplazamiento de agua. Y este martes, en la costa oriental de Rusia, todo apunta a que se han dado todas las condiciones para desatar olas gigantes. «Conviene prestar atención a las advertencia y, mientras dure la alerta, mantenerse alejados de las playas, bahías y otras zonas costeras afectadas», afirma Caroline Orchiston, directora del Centro para la Sostenibilidad de la Universidad de Otago en declaraciones al Science Media Centre.
Las características del terremoto de este martes han obligado a activar alertas por tsunami en buena parte de los territorios bañados por las aguas del Pacífico, desde Japón hasta Estados Unidos, Canadá y Suramérica. Los registros indican que este seísmo de gran magnitud, que con sus 8,8 en la escala Richter destaca como el más potente registrado en más de una década en el planeta, se ha originado bajo el lecho marino frente a las costas de la península rusa de Kamchatka. Según cálculos preliminares, el sismo provocó un deslizamiento de más de 10 metros en una falla submarina de unos 150 por 400 kilómetros. Esa sacudida generó un empujón vertical desde el fondo oceánico que, tal y como apuntan los expertos, podría activar una gigantesca columna de agua y generar olas de gran magnitud.
¿Cómo se calcula el riesgo de tsunami?
Cuando se produce un terremoto de gran magnitud cerca del mar, los centros de vigilancia sísmica y oceanográfica estudian, por un lado, la magnitud, la ubicación y el tipo de movimiento generado por el seísmo y, por otro lado, ponen en marcha modelos para analizar cómo este fenómeno podría interactuar con la geometría del fondo marino, liberar potencia y, finalmente, propagarse. Si los parámetros encajan con los patrones que suelen generar tsunamis, se emite una alerta, como la que ha activado el Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico (PTWC, por sus siglas en inglés) tras el terremoto ruso. En este caso, las simulaciones hablan de olas de hasta tres metros en costas cercanas al epicentro y de más de dos metros en islas lejanas como Hawái, a unos 5.000 kilómetros de distancia.
Dependiendo de la distancia entre el epicentro y el litoral, el tsunami puede tardar desde pocos minutos hasta más de 12 horas en llegar
Este tipo de fenómenos puede comenzar prácticamente de inmediato tras el terremoto ya que desde el momento mismo en que se produce la ruptura en el fondo marino, la onda del tsunami comienza a desplazarse. Dependiendo de la distancia entre el epicentro y el litoral, el tsunami puede tardar desde pocos minutos hasta más de 12 horas en llegar. En el caso de Kamchatka, las primeras olas alcanzaron las costas rusas casi de inmediato. Japón, Hawái, Ecuador o incluso Nueva Zelanda están monitorizando sus costas, ya que las olas podrían seguir viajando durante todo el día. Sobre todo si, como hasta ahora, se siguen registrando réplicas de gran magnitud desde el fondo del océano.
Suscríbete para seguir leyendo