Bruselas debate el ‘impuestazo’ al tabaco para cuadrar las cuentas de la UE

Bruselas da este miércoles un paso decisivo hacia uno de los mayores cambios fiscales de la última década en la Unión Europea. El colegio de comisarios abordará la esperada reforma de la Directiva de Impuestos Especiales al Tabaco (TED), una normativa clave que no se actualiza desde 2011 y que ahora gana protagonismo en medio de las crecientes necesidades financieras para impulsar el Marco Financiero Plurianual 2028-2034. 

El encargado de impulsar esta reforma es el comisario de Acción Climática, el neerlandés Wopke Hoekstra, bajo la supervisión directa de Teresa Ribera, vicepresidenta primera para la Transición Limpia, Justa y Competitiva de la Comisión. Aunque el foco inicial de la medida es sanitario —reducir el tabaquismo, especialmente entre jóvenes—, el trasfondo responde a una realidad mucho más amplia: Europa necesita dinero.

Más gasto, menos margen: la ecuación que impulsa la reforma

La Comisión busca nuevas vías de ingresos para reforzar el presupuesto comunitario en tres frentes críticos. En primer lugar, cumplir el compromiso con la OTAN de que los países miembros destinen hasta el 5% del PIB a gasto en Defensa, una promesa que requiere un importante esfuerzo económico colectivo. En segundo lugar, devolver los fondos del Plan Next Generation, que supusieron una movilización sin precedentes de recursos para hacer frente a la pandemia. Y en tercer lugar, proteger a la industria europea ante la amenaza de aranceles del 30% por parte de Estados Unidos, que podrían agravar la desaceleración comercial del continente.

En este escenario, la fiscalidad del tabaco, que incluye a  los cigarrillos electrónicos y las bolsas de nicotina, se presenta como una herramienta clave para aumentar los recursos propios. De hecho, el propio Hoekstra ya había dejado claro que esta revisión pretende reducir el atractivo económico de estos productos, que en algunos países tributan a niveles muy bajos, y contribuir así al doble objetivo de mejorar la salud pública y aumentar los ingresos fiscales.

Así afectaría el ‘impuestazo’

Un documento filtrado por la agencia italiana Ansa detalla un aumento de impuestos de un 139 % en los cigarrillos convencionales,  un 258 % para el tabaco de liar y  1.090 % en el caso de los puros. 

 En España, este alza se traduciría en un incremento promedio de 1,40 euros por cajetilla, situando algunos paquetes en 7 euros. Además, la bolsa de tabaco de liar de 30 g pasaría de 6,60 euros a 10,60 euros, y los puritos de 4,25 euros a 7 euros, igualando el precio de los cigarrillos estándar.

En Italia, por ejemplo, las cajetillas de tabaco pasarían a costar de 5 a más de 6 euros, mientras que en Francia, donde ya cuestan unos 11 euros, pasarían a 12,4 euros. En general, se prevé un aumento medio de 1,4 euros por cajetilla y de 1,2 euros para el tabaco calentado.

Golpe también a las alternativas sin humo

La reforma de la Directiva TED no solo afectaría al tabaco tradicional. Los planes que se debaten también contemplan un endurecimiento de los impuestos sobre los productos sin combustión, que han ganado terreno en el mercado pero están sujetos a una regulación desigual. Esta revisión podría suponer un incremento significativo de los precios en toda la UE, si finalmente se aprueba un umbral mínimo armonizado para todos los Estados miembros.

División en Europa

La medida, que requiere el apoyo unánime de los 27, ha despertado un fuerte rechazo en algunos países de la Unión Europea, especialmente en Suecia, que ha logrado reducir el tabaquismo hasta mínimos históricos gracias al uso de alternativas como el snus o las bolsas de nicotina. Su ministra de Finanzas, Elisabeth Svantesson, ha anunciado que su Gobierno se opondrá con firmeza a cualquier iniciativa que grave de igual forma los cigarrillos tradicionales y las alternativas sin combustión, por considerar que se trata de una política regresiva y perjudicial para la salud pública.

De la misma opinión son Italia, Grecia y Rumanía, mientras que Dinamarca y Países Bajos presionan a la Comisión a que actúe con rapidez para gravar las alternativas al tabaco convencional.

Aumento del contrabando

La industria del tabaco ha alertado del posible aumento del contrabando a raíz de esta histórica subida de precios, en un momento en que se está produciendo un repunte en toda Europa. Según un informe elaborado por KPMG para Philip Morris Internacional, en 2024 se consumieron 38.900 millones de cigarrillos ilícitos en la UE (9,2 % del total), generando pérdidas fiscales por 14.900 millones de euros.

El impacto es especialmente notable en países como Francia, donde se consumieron 18.700 millones de cigarrillos ilegales, de los cuales 7.800 millones eran falsificaciones. En Países Bajos, el contrabando se disparó un 140 % en un solo año, representando ya casi el 18 % del consumo total y causando unas pérdidas fiscales de 869 millones de euros, el triple que en 2023. España, aunque en menor medida, también ha visto crecer el fenómeno: el consumo ilegal alcanzó los 1.400 millones de unidades en 2024, 52 millones más que el año anterior, con un agujero fiscal estimado en 263 millones de euros.

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