¡Cuántas sensaciones, Ángel! ¡Qué fenómeno este Di María! Entra y el Gigante de Arroyito se viene abajo. “Fideooooo, Fideooooo” es el himno sagrado. Y Fideo saluda con los brazos en alto. Hasta que llega al centro del campo, se detiene y saluda hacia las cuatro tribunas. Ahí se queda unos cuantos segundos retratando ese momento único. Mientras se muerde los labios, empieza a restregarse las manos. Mira, mira y mira… Graba cada instante en la memoria. Pero hay que ir a calentar con los compañeros. Entonces se seca un par de lágrimas y allá va…
Es Di María en estado puro. El Ángel que vuelve a Rosario Central después de 18 años. El hijo de papá carbonero y mamá empleada doméstica, esa madre que lo llevaba a entrenar en bicicleta. Es Fideo, ahora héroe nacional, campeón del mundo en Qatar, el especialista en tomarse revancha de las críticas y de las dudas. Vuelve a casa para cumplir el último sueño como futbolista…
Ahora la verdad del partido. El ingreso con sus hijas, el recibimiento descomunal, el abrazo con el presidente de la AFA Claudio Tapia, las emociones de nuevo… Y a jugar. A correr. Con la 11 azul y amarilla luciendo en el pecho un parche especial con su imagen… Primera fecha del Torneo Clausura. Estadio con entradas agotadas desde hace varios días por su exclusiva presencia. El rival, Godoy Cruz. Ahí van Angel Di María y su Rosario Central…
Véliz también se estrena
Angelito ejecuta dos pelotas detenidas con precisión de crack, pero no pueden cabecearlas al gol ni Carlos Quintana ni Alejo Véliz, el joven 9 de la casa que tuvo pasos breves por el Sevilla y el Espanyol y que volvió para relanzarse y para disfrutar este momento junto Di María.
Godoy Cruz dobla la marca sobre Di María y no le otorga espacios. Lo rozan, lo empujan a la fricción. Bienvenido Fideo al trabado fútbol argentino. Y la más clara en los 45 iniciales la tienen los mendocinos: un cabezazo de Agustín Auzmendi.
Di María jugó bien abierto por la derecha. Le costó sorprender en un equipo con buenos intérpretes pero sin sorpresa. Ya en el segundo tiempo, pateó un tiro libre por arriba del travesaño, reclamó un penal que pareció no existir y sacó un zurdazo que pasó lejos luego de uno de sus clásicos enganches hacia el medio.
Ejecuta el penalti con su clase
No encontraba fluidez Central. Hasta que faltando un cuarto de hora, el juez Pablo Dóvalo cobró un penal raro, más que discutible, por una sujeción ínfima contra Véliz. Y Di María lo ejecutó con esa clase que lo distingue, esperando hasta el final el movimiento del arquero y engañándolo. Si el árbitro le había hecho un guiño, Ángel no lo iba a desaprovechar.
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El 11 de Central salió a los 43 del segundo tiempo, por un golpe en la pierna deercha. En principio asustó, pero luego Di María lo relativizó: “Fue un pisotón”. Seguro que el 11 no imaginó que en el puñado de minutos que faltaba Godoy Cruz se animaría y lo empataría Vicente Poggi con un anticipo goleador en el minuto 95 tras quedarse con diez por la roja a Daniel Barrea (90′).
“Fue un garrón. Faltaba poquito. Queríamos ganar y se nos escapó. Merecíamos más”, sintetizó el muchacho de la película a la que solo le faltó la victoria.