Las inundaciones que han afectado al centro-sur del estado estadounidense de Texas provocaron este viernes una enorme crecida del río Guadalupe y han provocado la muerte de más de 30 personas, entre ellos 14 niños, y decenas de desaparecidos, incluidas 27 niñas que asistían al Campamento Mystic en el condado de Kerr.
«Esto es un suceso trágico. Va a causar un gran número de víctimas«, anticipó este viernes a la prensa el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman F. Martin, con respecto a las inundaciones.
Según las autoridades, al menos 850 personas han sido rescatadas, mientras continúan los esfuerzos para localizar a las que aún no han sido encontradas.
Las autoridades locales informaron de que las inundaciaciones, que han afectado especialmente al condado de Kerr, han causado la muerte de más de 30 personas, entre ellos 14 niños.
La Policía del condado ha calificado la situación de «catastrófica» y ha afirmado que se esperan más víctimas, puesto que al tratarse de un festivo de verano, el 4 de julio, Día de la Independencia de EEUU, muchas personas se habían desplazado a la zona para acampar junto al río
Además, cerca de 850 personas han sido rescatadas o evacuadas debido a las devastadoras consecuencias de la tormenta, según declaraciones del mayor general Thomas M. Suelzer en una rueda de prensa, mientras continúan las tareas de rescate en las que participan más de 500 efectivos, 14 helicópteros y varias embarcaciones.
El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, ha informado que 27 niñas continúan desaparecidas tras la inundación del campamento de verano cristiano ‘Camp Mystic’, donde otras 750 menores lograron ser evacuadas.
Ante la crecida del río, los responsables del centro solicitaron asistencia aérea de emergencia a las autoridades, señalaron que una veintena de menores seguía sin localizar y advirtieron que algunas cabañas del campamento parecían haber quedado inundadas e incluso arrasadas.
Tres de las víctimas mortales eran niñas de entre ocho y nueve años que se encontraban en el campamento durante las inundaciones.
Aunque los meteorólogos habían advertido sobre la posibilidad de inundaciones, reconocen que no lograron anticipar la magnitud devastadora del fenómeno. El juez del condado de Kerr, Rob Kelly, dijo el viernes que “nadie sabía que se avecinaba una inundación de esta magnitud” y añadió que el condado no cuenta con un sistema de alerta.
El causante de las tormentas fueron las condiciones atmosféricas excepcionales, como las elevadas temperaturas del océano, que impulsaron intensas columnas de humedad desde el Golfo de México hacia zonas de Texas que, desde hace tiempo, se consideran especialmente vulnerables a inundaciones repentinas.
El Servicio Meteorológico Nacional estadounidense ha reportado que entre la noche del 3 de julio y la madrugada del 4 se acumularon más de 30 centímetros de lluvia, lo que elevó el caudal del Guadalupe, cerca de Hunt, a su segundo nivel más alto registrado, con 9,9 metros de altura. El pronóstico que las autoridades regionales habían recibido el miércoles solo preveía precipitaciones de entre 7 y 15 centímetros.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se ha hecho eco de la noticia y ha calificado las inundaciones de Texas de «terribles», al tiempo que ha asegurado apoyo federal para asumir las consecuencias.
«Es terrible. ¿Lo de las inundaciones? Es impactante. Todavía no saben cuántas personas han fallecido, pero parece que algunos jóvenes han muerto», ha expresado el mandatario en declaraciones a los periodistas desde el Air Force One.
En la misma línea, Trump ha revelado que su equipo de gobierno está trabajando ya con el gobernador de Texas para hacer frente a esta «terrible situación» y ha reiterado que «se encargarán de ellos» al ser preguntado sobre si habría ayuda federal para los afectados.
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