Nunca antes un campeón de Wimbledon había tardado tanto como Carlos Alcaraz en su debut en esta edición. La magia y la calidad del veterano Fabio Fognini, segundo jugador con más edad de todo el cuadro, y el sofocante calor que alcanzó máximos históricos en el torneo, pusieron contra las cuerdas al campeón, que tras más de cuatro horas de partido salvó la situación (7-5, 6-7, 7-5, 2-6 y 6-4).
No pudo encontrar el ritmo de partido en ningún momento Alcaraz que se vio nervioso en muchos momentos y muy mermado por el intenso calor que se alzó hasta los 32 grados. Como si un golpe de calor sufriera en ciertos momentos, el murciano tuvo que sufrir mucho más de lo esperado ante un Fognini que llegó a soñar con despedirse de Wimbledon con una victoria más en su carrera.
Y lo avisó desde buen inicio el italiano, que demostró salir dispuesto a divertirse y a hacer gala de su gran talento intacto pese a estar ya en los últimos compases de su carrera. Se aprovechó del mal servicio de Alcaraz en todo el encuentro, en el que apenas pudo sumar un 57% de porcentaje de primeros servicios. Los restos de Fognini fueron auténticos mísiles y comprometieron seriamente la continuidad del campeón, que pese a ello sigue sumando sus partidos por victorias y ya son veinte en total.
UN TALENTO DESCOMUNAL
Tuvo la oportunidad en varias ocasiones de hacerse con la ventaja inicial el italiano, pero encontró la respuesta de un Alcaraz que parecía imponer su lógica con la consecución de un trabajado primer set. Pero lejos de ello, el partido tenía preparado un guion ‘hitchcockiano‘ con idas y venidas sin parar. Se divertía el italiano sobre la hierba del All England Club y se vio con la capacidad de poder meter mano a un Alcaraz que atónito miraba a su banquillo al grito de «Es una vergüenza. No puedo sacar ni restar».
Los intentos del murciano de romper el partido eran respondidos por el italiano, que se llevó el ‘tie break’ de segundo set para igualar el partido. Un ímpetu que iba a seguir en el tercero, donde se llegó a poner con ventaja, aunque sin la capacidad para poderla mantener. Alcaraz consiguió sobreponerse al mal momento y dio la vuelta a la situación, aunque sin mostrar su mejor cara.
Alcaraz sufrió de lo lindo / AP
Ni el nivel de tenis, ni el nivel físico eran los habituales ante un Fognini que no daba muestra alguna de sufrir el calor intenso. Tampoco las malas noticias en el resultado le hacían descarrilar y nuevamente, volvió a voltear el partido. Se impuso con doble rotura en el cuarto set y llevó el partido a la definición final del quinto, ante la sorpresa de todos que empezaban a ver real la opción de ver caer al campeón en su estreno por tercera vez en toda la historia.
La tarde caía ya sobre La Catedral del tenis y el calor empezó a dejar de apretar tanto, algo que pareció dar alas en el momento más necesario a Alcaraz, que consiguió imponer su partido y encontrar también el momento más erróneo del italiano, que se despidió con honores tras una batalla digna de las mejores raquetas del circuito.
SOFOCÓN Y A POR TARVET
Despedido con una ovación a la altura de su actuación comandada por Alcaraz en el centro de la pista, Fognini se despidió como un héroe. «No sé por qué es su último Wimbledon. Con el nivel que demostró, todavía puede jugar tres o cuatro años más. Increíble» asumió el murciano sobre la pista.
Llevó al límite al murciano, que ahora topará con un rival totalmente desconocido. Sin una sola presencia en partidos ATP y Challengers antes de la presente edición de Wimbledon, Oliver Tarvet será el siguiente escollo del campeón.
La nueva sensación británica buscará seguir poniendo en apuros a un Alcaraz que asumió que la primera prueba en un sitio como Wimbledon siempre es complicada.