El Mundial de Clubes fue, en principio, una competición que nadie quería jugar. Un engorro en el calendario que extendía la temporada más de la cuenta y que llevó a los jugadores, pero también entrenadores como Carlo Ancelotti, a decir basta. «No jugaremos», llegó a sentenciar el italiano hasta que desde dentro de la entidad le obligaron a rectificar el discurso. Fue hace un año, cuando ni siquiera se sabían las sedes del torneo y mucho menos el paquete de recompensas de más de 1.000 millones que han cambiado el relato de la cita.
Premios que compensen el gasto
A partir de ahí, el Mundial de Clubes se convirtió en estratégico para el Real Madrid. Sobre todo, en cuanto trascendió que sería cabeza de cartel con 145 millones en caso de conquistar el torneo. Un importe que compensaría la fiebre inversionista de este verano, en el que ya se ha gastado más de 130 millones de euros. Es la cuenta que sale de la cláusula de Huijsen (59,5), la ‘liberación’ de Alexander-Arnold (10) y los 63,2 millones declarados por el River Plate en la operación de Mastantuono.
De ahí que ha existido aleccionamiento sobre la cita. «Va a ser tan importante como un Mundial de selecciones», dijo Carvajal, capitán con plenos poderes, en una entrevista oficial con la FIFA. La muestra de que es un torneo fundamental para paliar las decepciones de la campaña se vivió en el partido inaugural en el Hard Rock Stadium, donde se produjo una de esas escenas casi imposibles: Florentino hablando en público.
«Por fin hemos conseguido algo por lo que veníamos luchando desde hace mucho tiempo. Yo he sido de los que más ha luchado para que esto sea una realidad», aseguró el empresario a Dazn, el operador que posee los derechos del torneo y que ha decidido emitirlo en abierto. «El fútbol va a cambiar con la unión de los grandes clubes, como es el Real Madrid, y con la tecnología, que va a hacer que el fútbol sea de otra manera», auguró el dirigente.
La obligación de ser el primero en todo
El telón de fondo de estas declaraciones es el modelo de la Superliga y el concepto desarrollado por Unify, la operadora asociada a un modelo que, por el momento, es solo una idea, pero que Florentino aprovechó para publicitar con su argumentario. El partido del Real Madrid fue diferente a lo vivido anteriormente en el Mundial de Clubes, con seguridad reforzada.
El tratamiento que recibe el club, también, de ahí el caché de los premios. Su escudo salió en grande en la presentación oficial del torneo que el máximo mandatario madridista sigue de cerca. Miami es una ciudad atractiva en el aspecto financiero e inmobiliario, tanto para los directivos, como para las marcas transnacionales que son los clubes.
Además, el Real Madrid tiene una obligación autoimpuesta. La de ser el primer equipo en conquistar el Mundial de Clubes, como hizo con la Copa de Europa, lo que le permitiría lucir un parche que, después de las primeras rondas del torneo, está más disputado que nunca entre todos los continentes. Lo que convierte la participación de Xabi Alonso en una presentación de proyecto envenenada.