A menos de 24 horas para que empiece la acción, el Lanxess Arena es este viernes un trajín de empleados yendo de aquí para allá ultimando todos los detalles para que todo esté a punto para la gran fiesta anual del balonmano europeo, la Final Four de Colonia que coronará al campeón de la Champions de balonmano.
Un año más, y ya son 16 ediciones consecutivas, 20.000 espectadores llenarán los dos días este majestuoso recinto alemán para disfrutar de un espectáculo deportivo único antes y durante los partidos porque el ‘show’ de música y luz montado para la presentación de los equipos es igualmente fascinante, un chute de energía para jugadores, técnicos, espectadores y cualquiera que lo viva en directo.
Los responsables del espectáculo hacen el viernes las pruebas pertinentes, igual que otros encargados acondicionan los distintos espacios que darán mucha vida al Lanxess Arena durante todo el fin de semana. Füchse Berlín-HBC Nantes (15.00 h) y Barça-SC Magdeburgo serán las semifinales del sábado y los ganadores se enfrentarán el domingo (18.00 h) en la final.
Sin ir más lejos, los cuatro equipos ya tienen preparados sus vestuarios, un ‘santuario’ los días de partido que los días previos a la Final Four está al descubierto en las entrañas del Lanxess Arena.
De hecho, el vestuario del Barça, también el de los otros tres clubs, está ahora vacío porque los equipos se ejercitan el viernes en otros pabellones y, por tanto, está a la espera de la llegada mañana de los encargados del material y demás miembros del ‘staff’ técnico para colocar todo en su sitio y acomodar a los jugadores.
El vestuario que usará el Barça este fin de semana en el Lanxess Arena de Colonia, sede de la Final Four de la Champions
Una estancia central con los asientos, los colgadores, una mesa y una pantalla de televisión forman el habitáculo central del vestuario, allí donde donde el técnico Carlos Ortega dará la última charla a sus jugadores antes de saltar a la pista. Las duchas, los lavabos y dos salas más, allí donde los fisioterapeutas colocarán las camillas para tratar a los protagonistas, completan el ‘santuario’ del Lanxess Arena, aún sin el color azulgrana que presidirá la estancia cuando llegue el equipo.