Alberto Núñez Feijóo ha marcado distancias con el “acuerdo político” sobre Gibraltar sellado esta tarde entre España, el Reino Unido y la UE. Tanto por las formas, por no haber sido informado de las negociaciones, como por el fondo. “El PP seguirá reclamando la soberanía de Gibraltar”, ha arengado el líder de la oposición a través de las redes sociales para exigir que “cualquier acuerdo sobre el Peñón debe someterse al criterio de las Cortes”.
El presidente de los populares también ha calificado como “muy grave” que se haya enterado por la prensa de este histórico acuerdo, tras la reunión en Bruselas del comisario de Comercio y negociador de la UE con el Reino Unido, Maros Sefcovic, con los ministros de Asuntos Exteriores español y británico, José Manuel Albares y David Lammy, respectivamente, y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, quienes se han visto en la tarde de este miércoles para cerrar los detalles.
Fuentes de la dirección del partido han trasladado su protesta por el hecho de que Gobierno no se haya puesto en contacto con Génova para informarle previamente las novedades en las negociaciones. “Una vez más, nos enteramos de la posición de España en materia de política exterior por los medios de comunicación”, lamentan para el mismo tiempo desentenderse y cortar cualquier crítica de Vox que pueda descargarles cierta complicidad.
Desde Vox defienden igualmente la soberanía de Gibraltar, pero han mostrado un rechazo más explícito al acuerdo por el que se definen las líneas generales del encaje de la colonia en el resto de la Península y en el espacio Schengen europeo tras la salida de la metrópoli de la UE. “Gibraltar es un territorio colonizado ilegalmente por el Reino Unido y, por tanto, cualquier acuerdo que no contemple la reintegración total de ese territorio bajo soberanía española es ilegal, ilegítimo e injusto”, sostienen desde la formación liderada por Santiago Abascal.
La formación de ultraderecha ha elevado el tono respecto a los populares para acusar al Ejecutivo de “complicidad” y de convertir a “la región de Gibraltar” y a sus habitantes” en víctimas de la ilegalidad y de actividades ilícitas de todo tipo”.
El acuerdo permitirá la libre circulación de los gibraltareños en territorio comunitario y de los más de 15.000 trabajadores transfronterizos y comprende controles conjuntos. «Los controles de pasaportes los hará la policía española», ha asegurado Sefcovic. A preguntas de si España podría rechazar la entrada de un británico en suelo gibraltareño, Albares ha respondido: «Por supuesto, el agente europeo, que va a ser la policía española, va a garantizar la integridad de la zona Schengen«.
La verja que separa la colonia del resto de la Península se va a derribar, eliminándose “las barreras físicas, los chequeos y los controles sobre las personas y mercancías que circulen entre España y Gibraltar«, según sostienen desde Exteriores en un comunicado. Un símbolo de las tensas relaciones entre España y Gibraltar, que el dictador español Francisco Franco llegó a cerrar a cal y canto para presionar al Reino Unido y que se aviniese a negociar la soberanía.