Durante la celebración en la Fuentes de las Cuatro Estaciones tras el ascenso a Primera del Levante, la afición entonó un cántico que no tardó en ser tendencia en los alrededores del Ciutat: «El año que viene, Pampín contra Lamine», mientras el lateral zurdo se postró sobre la tarima donde se festejó la vuelta a la élite. Se le vio tímido, aunque sin ocultar la sonrisa de los que competirán la próxima temporada contra los mejores. Y aunque sintió que sería un desafío de gran envergadura, se ha ganado el derecho de hacer frente a los contrincantes de LaLiga EA Sports defendiendo el lateral zurdo del Levante.
Pampín seguirá un año más en Orriols después de cumplir con la cláusula del contrato que firmó en verano de 2024, donde, en caso de jugar una cantidad determinada de partidos, renovaba de forma automática hasta 2026. Procedente del Andorra, no tardó en convertirse en un jugador trascendental para Calero. Y eso que, por problemas relacionados con el fair play financiero, no se vistió de corto hasta que el club pudo inscribirlo hasta el último día del mercado veraniego de fichajes, pero, una vez el técnico pudo contar con sus servicios, nadie le movió de su posición.
Solo una lesión en la musculatura isquiotibial de la pierna izquierda le apartó del verde a lo largo de cinco partidos durante la primera vuelta, pero, si en el mes de febrero, según adelantó la Cadena SER, ya alcanzó la cifra para renovar su contrato con el Levante, Pampín se ganó seguir en el Ciutat de València con el rendimiento que dio en la segunda vuelta de la temporada. Jugó el 6 de diciembre en Anduva los 90 minutos y, desde entonces, disputó la totalidad de los partidos desde el primer instante hasta el último segundo. Y desde el encuentro contra el Huesca jugado en marzo, aguantó con 4 amarillas y compitió no solo dejándose la piel en cada acción, sino también esquivando, con tal de no dejar de lado a su equipo, una tarjeta que hubiera conllevado sanción.
Atacando y defendiendo el carril zurdo sin descanso, Diego Pampín se ha ganado sobre el terreno de juego vestir la zamarra del Levante en Primera. Sin embargo, aún le está costando asimilar las consecuencias del ascenso. «Todavía me está costando un poco asimilar todas las emociones vividas en las últimas semanas. Sigues recibiendo mensajes, viendo los vídeos y se sigue poniendo la piel de gallina», dijo el ‘16’ en los canales de comunicación del Levante, quien reconoció que el año que viene cumplirá el sueño que tantas veces ha pedido por su cumpleaños. «Llevo no sé cuántas fiestas de cumpleaños pidiendo el mismo deseo y es el que teníamos todos», comentó.
Ahora Pampín se siente feliz de conseguir su ilusión en un club que le ha abierto los brazos y donde se siente en casa. «Me he sentido como en casa y estoy encantado de estar aquí. Me siento uno más de la familia. Es un club muy familiar en el que todo el mundo intenta ayudarte, no me puedo sentir más representado con ese estilo», después de un año donde la conexión con la afición y la mano de Julián Calero han sido uno de los factores más importantes para subir a la élite del fútbol español. «Ha habido una comunión muy buena, el míster ha sabido encarrilar todo muy bien y cuando los jugadores responden y la afición tiene ganas de que pasen cosas buenas, es la mezcla perfecta», finalizó un jugador que espera vivir muchísimas alegrías con el Levante en la máxima categoría del fútbol español.