El enfrentamiento entre Lamine Yamal y Ousmane Dembélé desató una gran expectación en el encuentro entre España y Francia. Y ambos demostraron que el debate tenía motivos, aunque fue Lamine quien se llevó el gato al agua camino del Balón de Oro.
Las perspectiva se cumplieron con los dos futbolistas demostrando su enorme talento y también intensidad en la presión. Dembélé fue el primero en robar una pelota a Mikel Merino, ceder para Mbappé, cuyo pase de la muerte fue interceptado de forma milagrosa por Unai Simón.
Dembélé demostró estar en forma y de sus botas también partió la acción a balón parado en la que Theo Hernández acabó estrellando su trallazo al larguero.
Francia salió dominando y España se encomendó a Lamine Yamal para dar la vuelta a la situación. Como ocurrió en la Eurocopa del 2024, Lamine tuvo el protagonismo esperado.
El internacional español no solo juega para su lucimiento personal y eso lo hace diferencial. En un extraordinario pase al corazón del área encontró a Mikel Oyarzabal, quien supo pivotar a la perfección para que Nico Williams engatillará al fondo de la red.
Magia a raudales
España estrenaba el marcador en una jugada iniciada por el mago azulgrana. Un gol que dejó un tanto groggy a Francia después de su buen inicio y sufrió el segundo obra de Mikel Merino tras otra sensacional asistencia de Oyarzabal.
Lamine se multiplicó en ataque y en defensa. Fue el primer jugador amonestado por derribar al peligroso Doué. Sus obligaciones defensivas nunca fueron descuidadas, aunque ello le costara la amarilla. Pedro Porro, sin duda, necesitaba ayuda para cubrir el carril zurdo galo.
Dembélé, por su parte, ponía en aprietos a Cucurella y Nico estaba todo el rato a su lado echándole una mano. Pese a la vigilancia defensiva, el jugador del PSG era un peligro constante y Unai Simón salvó un gol en un buen derechazo cruzado.
El intercambio de golpes entre los cracks era constante. Lamine puso una pelota con un aire especial hacia Pedri, quien cabeceó hacia Huijsen y el joven central madridista marcó, pero el tanto fue anulado por un fuera de juego milimétrico del canario con el hombro.
Para acabar la primera parte, Dembélé intentó una picada sobre Unai Simón, que no le salió bien, aunque la acción venía de un fuera de juego.
Penalti y gol
Los galos salieron en tromba en el segundo tiempo. Era el momento de volver a arremangarse. Los momentos de tensión se solventaron con una contra en la que Nico habilita a Lamine Yamal y es derribado por su ‘amigo’ Rabiot en un claro penalti.
El propio Lamine asumió la responsabilidad sin pesarle el fallado ante los Países Bajos en la tanda de los cuartos de final. Un gol que fue seguido por otro de Pedri con mucha habilidad, pero Mbappé recortó diferencias con otra pena muy rigurosa que él mismo forzó frente a Pedro Porro.
El partido se enfrió un tanto con los cambios, pero Lamine seguía igual de activo. Cuando nadie lo espera, aparece para marcar las diferencias y lo volvió a hacer.
En esta ocasión, Pedro Porro se redimió de su error en el penalti a Mbappé para dar un gran pase a Lamine, quien definió con el exterior del pie de manera sutil para que Maignan solo pudiera rozar el esférico sin evitar el gol. Otra obra maestra para apuntar en su repertorio particular ya muy amplio a sus 17 años.
Dembélé, agotado
A diferencia a su etapa en el FC Barcelona, este Dembélé es mucho más competitivo. No se vino abajo ni con la goleada. Tuvo un remate al poste sin ángulo frente a Unai Simón. No obstante, el delantero del PSG estaba sin gasolina y Deschamps prefirió poner a un jugador de área como Kolo Muani.
Francia estaba desesperada y quemaba sus últimos cartuchos para un equipo que maquilló el marcador con dos goles al final. Lamine, por su parte, seguía poniendo el temple para una España magnífica.