detuvo a cuatro ladrones que asaltaban a turistas

El subinspector Antonio volvía contento a casa después de la noche que había firmado con su grupo policial, el Gotham, que vela por la seguridad de los malagueños por las calles mientras el resto duerme, como el mismísimo Batman. Junto a sus compañeros, había detenido a cuatro ladrones cuyas víctimas eran principalmente turistas a los que le robaban pertenencias como la cartera o el móvil.

Habían recuperado un gran número de efectos pertenecientes a una de ellas. Ese fue su penúltimo servicio en vida, porque el último lo firmó indirectamente con su muerte. Cuando volvía a su domicilio desde la Comisaría Provincial de Málaga, su todoterreno Volvo CX40 impactó frontalmente contra un vehículo donde viajaban tres ladrones que huían de la Policía Local en sentido contrario a gran velocidad.

Frenó a una banda de Europa del Este que utilizaba vehículos robados para perpetrar sus robos. Estaban detrás, según fuentes consultadas, de al menos una decena de asaltos a farmacias en apenas unos meses por toda la Costa del Sol, en localidades como Estepona, Marbella, Benalmádena, Torremolinos y Málaga capital. En la mayoría actuaban de la misma forma, rompiendo a mazazos el escaparate y llevándose la caja registradora en cuestión de minutos.

Todos murieron en el acto, incluido el propio Antonio, que deja a un niño de 17 años y a una niña de 14. Estaba casado. El agente formaba parte de los Gotham, pero también formó parte de un grupo de Robos y trabajó durante mucho tiempo en la zona oeste de Málaga.

Aunque la banda se dedicaba presuntamente a los robos con el método del alunizaje, en este último asalto, cometido hacia las 4.40 horas de este jueves, no utilizaron ese método.

Lo que sí usaron, como en muchas otras ocasiones, fue un coche robado, un Peugeot 5008 de gran cilindrada robado en marzo y al que precisamente el grupo de Antonio, que trabaja en la noche, ya tenía la matrícula fichada. En cada golpe que perpetraban, señalan las fuentes consultadas, solían utilizar vehículos diferentes de los que luego se deshacían, gran parte de ellos, robados, algo muy habitual en el mundo del alunizaje.

Al parecer, en esta última ocasión, los ladrones desactivaron el panel con el que los farmacéuticos abrían la persiana eléctrica, no sin antes doblar la cámara del exterior, y cuando entraron al local lo hicieron encapuchados. No causaron daños, tampoco les hizo falta. Una vez en la farmacia intentaron abrir la caja monedero golpeándola con mazas con mucha violencia, aunque no lo consiguieron ya que esta estaba anclada al suelo con hormigón.

Tras el robo, el coche en el que viajaban los tres supuestos atracadores colisionó sobre las 5.30 horas con otro vehículo en el que viajaba el agente. Era muy conocido en Málaga y su fallecimiento ha teñido de luto a la Comisaría Provincial de Málaga, donde los agentes están devastados.

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