¿Qué tienen en común una empleada de banca, una responsable del servicio de emergencias, un mozo de almacén, un bombero, una trabajadora de hotel y una enfermera? Que todas sus profesiones generan o pueden generar un alto nivel de estrés y ansiedad, por motivos distintos (sobrecarga, monotonía, tensión emocional, exceso de trabajo, situaciones extremas). SanaMente ha seguido durante una setmana a los seis profesionales, cuya vida es el reflejo de lo que entidades sociales y psicólogos advierten: hace falta todavía una revolución en el empleo para evitar exponer a los trabajadores a situaciones límite.
Compromiso, escucha, formación y red de apoyo
En una reciente sesión del colectivo Obertament, que lucha contra el estigma en salud mental, se lanzó esta guía de cinco puntos a tener en cuenta: compromiso firme de la dirección, protocolos claros y adaptados a la realidad, cultura de escucha y conversaciones abiertas, formación continuada en estigma y primeros auxilios emocionales, liderazgos implicados y red de apoyo interno.
Según datos de Obertament, la mayoría de trabajadores aseguran que su empleo afecta a su salud mental. CCOO, en un informe del 2024, las enfermedades no traumáticas en el empleo no paran de crecer (un 23%), y las más comunes son las del aparato locomotor, los sentidos y los problemas de salud mental. Según el sindicato, las empresas «muestran poco interés en la prevención» y optan por un modelo que «desprotege la salud de las personas trabajadoras».
Seguimos impulsados por este positivismo tóxico de que hay que entregarse al trabajo como un creyente a una religión
Eduardo Vara Torres, médico pediatra y autor de ‘Maldito Trabajo’, reflexiona así sobre salud mental y empresarios: «Sí, hay ciertas empresas con sensibilidad, pero a la hora de la verdad, cuando toca ponerse a trabajar, seguimos impulsados por viejas inercias y por este positivismo tóxico de que hay que entregarse al trabajo como un creyente a una religión«.
Pimec prepara una guía
En la Fundació PIMEC, su president Josep González, opina que si bien existen diversidad de situaciones en función de cada empresa y de su tamaño, «existe una plena conciencia no solo de que se tiene que cuidar a la persona sino porque también los empresarios pueden tener este problema de burn out y de salud mental». González reflexiona sobre el hecho de que el estrés esta garantizado: «Cada vez tienes una vida en la que te absorbe más el trabajo, no hay espacios de desconexión, no te permite pensar con serenidad, por la presión de acabar una tare… todo ello son factores de riesgo». Pimec distribuirá una guía de salud para empresarios y autónomos para que se hagan autodiagnósticos y con recomendaciones
El empresario tiene que lidiar entre la productividad y las condiciones laborales, como la conciliación y el tiempo de trabajo
Silvia Miró, directora del departamento laboral de esta patronal, recuerda que las bajas por salud mental se han incrementado tras la pandemia, y explica que la patronal ha impulsado una iniciativa para mejorar el retorno de las personas con incapacidad por salud mental. También subraya la importancia de la formación para que las personas trabajadoras «también puedan tomar conciencia» y la promoción de hábitos saludables, como el ejercicio físico.
«El empresario tiene que lidiar -reflexiona Miró– entre la productividad y las condiciones laborales, como la conciliación y el tiempo de trabajo, y todo ello en un entorno en el que estamos a la cola de productividad de Europa y con un alto nivel de absentismo y la incertidumbre que pesa sobre nuestra economía».
Reformar leyes, vencer el miedo
«Los riesgos psicosociales no están reconocidos como enfermedad profesional -denuncia Reyes Solaz, secretaria nacional de Salud laboral de UGT– y los sectores más afectados son el comercio, la dependencia, el sanitario y la hostelería». La sindicalista reclama que se actualice la ley de prevención de riesgos laborales para incluir estos riesgos, no reconocidos por las mutuas.
Se debe actualizar la ley de prevención para incluir los riesgos psico sociales en el trabajo
Solaz añade otro factor: el miedo. «Hay miedo a reconocer problemas de salud mental porque la culpa va a ser del trabajador, cuando el problema a lo mejor lo está agravando el puesto de trabajo», describe la dirigente sindical.
Desde el Govern, Paco Ramos, secretario de Treball, afirma: «Necesitamos que en Catalunya se puedan tomar las decisiones oportunas para que las personas trabajadoras tengan garantías de calidad y ayuda para mantener su salud en el ámbito laboral y personal, por esto, cualquier actividad que ayude a la calificación de profesionales capaces de prestar este servicio cuenta con el apoyo del Departament d’Empresa». El Col·legi Oficial de Psicòlegs acaba de reconocer a diversos psicólogos del ámbito del trabajo con la distinción Europsy Treball y Organizacions.
Presión por todas bandas
Sin duda profesiones como enfermería cargan, en especial tras la pandemia, con una carga de trabajo intensa que incluye cada vez más funciones en las consultas, con recursos y tiempo limitados. En la tarea de las trabajadoras de hotel, el colectivo de las Kelys han lanzado su voz de denuncia por una intensidad diaria de habitaciones a limpiar, con presión externa constante.
Nos ponen constantemente en la palestra del ranking, y esto genera un estado de angustia, de ‘no llego, el otro ha hecho más’
Otros empleos, como el de los trabajadores de banco, acumulan un doble problema: la presión de los ciudadanos por un sector mal visto, y la de los jefes, que exigen resultados constantemente. «Cuando los intereses del negocio pasan por encima de los del asesoramiento profesional, es cuando tenemos el conflicto -relata Anna Sierra, del sindicato SECB de CaixaBank- no nos dejan trabajar y encima nos ponen constantemente en la palestra del ránking, y esto genera un estado emocional de angustia, de ‘no llego, he hecho poco, el otro ha hecho más'». Además, la presión del cliente: «las amenazas por temas de morosidad y recibos han crecido un 600%, la gente no distingue al banquero del empleado de banca», lamenta Sierra.