El aumento en casi dos millones de las personas nacidas en el extranjero y residente en España desde finales de 2021 no solo ha contribuido a que la economía española sea una de las que más ha crecido en el mundo desarrollado en los últimos años. También ha contribuido al crecimiento del PIB por habitante (a pesar del aumento de la población). Según el Banco de España, el PIB per cápita ha crecido a un promedio anual del 2,9% en cada uno de los tres últimos años (de 2022 a 2024) y los inmigrantes nacidos en el extranjero han aportado un promedio de 0,7 puntos a esa mejora en cada uno de ellos.
A finales de 2024, el colectivo de nacidos en el extranjero ascendía a casi 9,4 millones de personas (el 19% de la población total), mientras que el de nacionalidad extranjera, se situó en torno a los 6,9 millones (el 14%), según datos de la Encuesta Continua de Población del INE. Las diferencias entre ambos colectivos se deben a los procesos de adquisición de nacionalidad española.
Si se atiende a un concepto de población extranjera por nacionalidad, el perímetro de la población inmigrante es algo menor y su aportación anual al PIB del 2,9% en cada uno de los tres últimos ejercicios se cifra a 0,4 puntos. Así se desprende de los cálculos del informe ‘Una estimación de la contribución de la población extranjera en España al crecimiento del PIB per cápita en el periodo 2022-2024’, publicado este martes por el Banco de España.
El avance en el proceso de «asimilación» de los inmigrantes que llegaron a España a principios de este siglo y las mejoras observadas en el nivel educativo y en el tipo de ocupaciones, más cualificadas, de los llegados al país en los últimos años han sido determinantes -según el Banco de España- para que el aumento de la población extranjera, no solo no haya restado al PIB por habitante, sino que haya sumado, en los últimos años.
Población asentada
La contribución de la población inmigrante al crecimiento del PIB per cápita tiene que ver con el propio volumen del colectivo, con su tasa de empleo, con las horas trabajadas por ocupado y con la productividad por hora trabajada. «En general, cabe señalar que la evolución reciente de todos estos indicadores está cada vez más influida por la situación laboral de la población extranjera que lleva más tiempo en España, dado que este colectivo es muy numeroso», subraya el informe. En 2024, un 75% de los extranjeros residentes llevaba al menos cuatro años en España.
En lo relativo a los canales a través de los cuales se articula la contribución de los extranjeros al crecimiento del PIB per cápita entre 2022 y 2024, el más relevante -según el Banco de España- es la tasa de empleo. Y ello, a pesar de que su tasa de empleo se ha ido moderando (desde por encima del 70% a principios de siglo al 62,2% en 2024).
Ramas de empleo de menor productividad
Con todo, en 2024, el número de ocupados extranjeros creció el 6,9%, frente a un 1,4% de aumento de los ocupados nacionales. «La evidencia empírica disponible para España sugiere que la inmigración no tiene efectos negativos significativos sobre las oportunidades de empleo ni sobre los salarios para el conjunto de los trabajadores nativos», subraya el Banco de España
El propio factor demográfico también tiene una aportación positiva al crecimiento del PIB per cápita, así como la jornada laboral. En cambio, la contribución de los extranjeros al PIB per cápita a través de su influencia en la evolución de la productividad por hora aún es negativa. Ello es porque, en el conjunto de la economía, los inmigrantes suelen ocupar, en mayor medida, puestos de trabajo en ramas de actividad donde la productividad es inferior a la media.
Según el análisis del Banco de España, las contribuciones de la población extranjera al crecimiento del PIB per cápita estimadas para el periodo de 2022 a 2024 «son similares» a las estimadas para otros episodios expansivos previos.