El sueño americano ya no es para todo el mundo. Esa idea (estadísticamente falsa) de que cualquier persona, independientemente de su origen o clase social, puede alcanzar el éxito si trabaja lo suficiente ya no es más que un viejo concepto. Y si no que se lo digan a los miles de migrantes deportados. Ahora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también está decidido a cortar el paso a los estudiantes extranjeros que quieran realizar un intercambio o quedarse allí a completar un grado. La semana pasada ordenó la suspensión inmediata de nuevas entrevistas para obtener un visado de estudiante, e incluso planteó analizar las redes de los candidatos.
Según explicaron desde el gobierno norteamericano, se trata de una medida para evitar el antisemitismo, es decir, que se organicen protestas contra el genocidio de Gaza. La medida está dirigida a universitarios, pero también a escolares, a menores de edad. En Vigo hay al menos una decena de interesados afectados por esta decisión «de última hora».
La agencia «Over the rainbow» organiza cursos y años escolares en el extranjero. Para el próximo ciclo tienen a dos adolescentes en espera. En un limbo burocrático. No saben si podrán trasladarse el curso que viene porque Trump aún no habían obtenido su turno para ser entrevistado y podrían no tenerlo nunca. La directora de la entidad, Elena Romero, señala que los que tengan una cita ya concedida no tendrán problema. Los que no tengan este trámite arreglado quizá no corran la misma suerte: «Por ahora nos dicen que es una medida temporal. Todavía están las reservas abiertas y esperemos que sea una trumpada más, que haya un pulso con las universidades y las embajadas vuelvan a trabajar con normalidad», dice. Ante la incertidumbre, continúan trabajando.
Ni ellos ni nosotros
Varios universitarios de la UVigo también se van a ver afectados por las decisiones del presidente estadounidense. Concretamente siete personas. Maribel del Pozo, vicerrectora de Internacionalización, explica que hay dos programas que corren peligro y no solo por parte de EEUU, sino también por la nueva Ley de Extranjería española.
Tienen dos programas, el ISEP y otro con la asociación Amity. Con el primero, universitarios de aquí van allí sin pagar los elevados precios de los college (y viceversa). El segundo consiste en ir a realizar las prácticas tras la carrera, sobre todo los alumnos de Educación y Lenguas. Aspirantes de ambos se encuentran «muy nerviosos«, al no saber qué van a vivir el siguiente curso. «Nos escribe gente con la entrevista concedida que no sabe qué va a pasar, si se la van a anular o no. Después están los que todavía no pidieron la cita . Hay gente pensando en cancelar sus planes para el curso que viene», apunta del Pozo. Una de las medidas es optar por más intercambios a Australia, con menos problemas.
Para aquellos que quieran pasar aquí su curso universitario tampoco va a ser sencillo el camino: «Les están denegando los visados en los consulados españoles de Estados Unidos. El reglamento no es claro sobre los requisitos. Ya hay asociaciones solicitando medidas», advierte.
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