En cuanto la novela ‘Bajo tierra seca’ ganó el Premio Nadal, César Pérez Gellida sabía que tenía que redondear su obra con un cierre a la altura. El escritor vallisoletano pone punto final a la historia de Antonia Monterroso y Sebastián Costa con ‘Nada bueno germina’, donde el plan de los protagonistas continúa siendo cruzar el Atlántico en busca de un futuro.
«El suspense está sostenido desde la primera página hasta el final. Hay una sucesión vertiginosa de hechos, con muchos cambios de guion, que impide al lector anticiparse a los acontecimientos», describe Pérez Gellida. El autor ha estado este martes en Zaragoza en el Patio de la Infanta presentando su obra dentro del ciclo Martes de libros.
Monterroso y Costa siguen pretendiendo obtener los recursos económicos mediante el atraco a sucursales bancarias para seguir huyendo hacia adelante. Sin embargo, en esta segunda parte la atmósfera cambia de forma considerable.
Un entorno más urbano
«En ‘Bajo tierra seca’, la historia se desarrolla en un ambiente rural con una atmósfera muy hostil donde la tierra lo marcaba todo. Con ‘Nada bueno germina’ nos situamos en un entorno más urbano y en una época donde hay un gran contraste, pues la miseria y la sombra se junta con lo que serían los felices años 20″, remarca Pérez Gellida.
«Esta es la novela más sangrienta que he escrito», considera. Y es que Monterroso y Costa se enfrentan a deudas del pasado que nunca quedan saldadas. En su camino han dejado cadáveres, enemigos y un rastro de sangre que otros están decididos a seguir.
A ello se suma una relación cuanto menos especial entre ambos. «Desde luego es más divergente que convergente. Antonia se mueve mucho por la ambición de lo material y de subir en la escala social mientras que Sebastián se mueve más por la lealtad. Esos dos motores tan distintos hacen que su relación vaya tomando un camino divergente», define el escritor.
Contexto desconocido
El marco en el que Pérez Gellida ha situado la historia es un periodo desconocido para muchos españoles pero muy convulso por todas las crisis que tenía que afrontar el país. «La supervivencia era la clave en los primeros años del siglo XX. Es una época muy interesante porque de este periodo surgen las consecuencias de la Guerra Civil», señala el vallisoletano.
La pérdida de las colonias, el sistema político turnista y la grieta social y económica traerán consigo una hostilidad que resume a la perfección el propio título de la novela. «La frase ‘Nada bueno germina’ es la continuación de ‘Bajo tierra seca’, una cita que realiza Sebastián Costa en un momento del relato. Él se refiere, más que a la tierra, al interior de las personas, donde hay un vacío que impide que germine algo positivo», apunta el novelista.
El cierre de la saga conducirá al lector hasta la ciudad natal de Pérez Gellida. «Ha sido una experiencia estupenda porque me ha encantado descubrir cómo era Valladolid hace 100 años. Me ha llamado mucho la atención lo diferente que era la cotidianidad entre la burguesía y el resto de ciudadanos», destaca.
Si algo tuvo claro Pérez Gellida es que esta saga tenía que terminar «obligatoriamente» en Valladolid. «Al principio no sabía cómo llegar hasta ahí partiendo la novela desde Jaén, pero debía de concluir en mi casa», expresa. Sin querer dejar un mensaje concreto al lector, el escritor invita a este a realizar «su propia lectura» del libro que le lleve a generar «sus propias emociones».