A diferencia del espíritu europeo, complejo y diverso, el de USA ha estado siempre a flor de piel, con una clara tendencia al exhibicionismo, que plasma sobre todo en su cine. Ver ahora la reposición de algún filme clásico anterior a los grandes cambios de los años 60, como hace días "El largo y cálido verano" en la 2 de TVE, pone los pelos de punta, pues lo que se ve es trumpismo en estado puro, con su zafiedad, clasismo, racismo, machismo y cultura del enriquecimiento sin escrúpulo ni freno. El guión, construido a partir de textos de Faulkner, aunque haga parodia crítica de un todopoderoso nuevo rico sureño con todos sus excesos y villanías, se deja seducir por la propia desmesura brutal de su personaje, como si pese a todo fuera la expresión del alma genuina de Norteamérica. Así que el secreto de Donald Trump podría ser, simplemente, que ha encontrado el venero de la América eterna.
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