Da la sensación de que «conocimiento sobre Turismo y Sostenibilidad» podría llegar a ser oxímoron de «clase política española». Algunas afirmaciones de la última llevan a defender tal razonamiento. Hablar alegremente de «insostenibilidad puntual» cuando las carreteras baleares y canarias – cuando no ya madrileñas y catalanas en general, el problema no es solamente insular – dan muestras de agotamiento tres cuartas partes del año. Pone la piel de gallina. Es como pretender que ciertas aguas fecales no hieden siempre. Sino que tan sólo lo hacen a ratos, mientras que en otros huelen a perfume francés. Abriendo así dos pensamientos altamente disruptivos: a/ la tan denostada Inteligencia Artificial podría ser una solución a tanto pensamiento pueril y b/no son pocos los que se plantean hasta qué punto tenemos desaprovechados ciertos sueldos. Lo más hiriente es que esas afirmaciones se realizan bajo la mirada de cabales expertos en la materia, normalmente en foros del tipo «¿Hacia dónde va….?». Por contrato, los citados suelen rehuir a la prensa cuando se escuchan tales genialidades: la minuta manda.
No solamente los políticos y políticas de este país demuestran cierta ignorancia al hablar de lo que en lenguaje técnico se llama «hospitality». Por lo que se ve, los sindicatos y sus representantes siguen su estela. Confundiendo – o queriendo confundir – términos económicos tales como facturación, rentabilidad y retorno de inversión. Todos sabemos que hacer cábalas sobre lo que gana el vecino es, juntamente con el de seleccionador nacional de fútbol, el pasaporte favorito del español medio. Hasta aquí, correcto. También que lo haga un «parvenu» – un recién llegado – y sin ninguna postrera intención,se puede perdonar. Pero que según qué confusionismos los emitan dirigentes con décadas de lucha obrera a sus espaldas podría llegar a rozar la prevaricación. Básicamente, porque hoy en día los sindicatos cuentan con la asesoría de reconocidos gabinetes de economistas. Es decir, la ignorancia no puede llegar a ser puesta como excusa. Antes de escribir este artículo, servidor ha consultado diferentes declaraciones de mediadores sindicales en otros tantos procesos de negociación del Convenio de Hostelería. Y la frase/acusación casi siempre ha sido la misma: «los hoteleros han facturado mucho estos años». A sabiendas de que una cosa es facturar, la otra ingresar y la última – muy diferente – rentabilizar la inversión. Es lo que se llama un «argumentum ad ignorantiam»: como nada me dice lo contrario, mi proposición puede salir triunfante. Sabiendo que puede ser perfectamente falsa. Pero por lo que se ve – hablamos de años de ahondar en el malentendido – es evidente que los representantes de la clase trabajadora no harán muchos esfuerzos en explicar a sus asalariados tales matices.
Por tanto, propondría una solución intermedia: que camareros, camareras, maîtres, limpias, recepcionistas…cobren el sueldo en su integridad. Deducción de la Seguridad Social incluida. Para así poder diferenciar lo que es facturación de ingreso: día 1, a las ocho de la mañana, 2.100,00€ ingresados en la cuenta. El mismo día, cinco minutos después, deducción de 700,00€. Total, 1.400,00€. Quizás entonces la clase trabajadora se diera cuenta realmente del significado de las palabras GOP, EBITDA y «Nett Benefit» o Beneficio Neto. Sería una posible solución. Así muchos y muchas empezarían a saber de qué se habla cuando se dice que la facturación ha subido pero no así el beneficio neto debido a reinversiones. A la par que un alivio contable para algunas empresas, dicho sea de paso. Así, muchas de ellas dejarían de caminar por un alambre. Sin red.
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